Entre la soberbia y la imbecilidad hacia la trampa de mayo

Nada es demasiado claro. La velocidad de los acontecimientos, como venimos señalando desde hace tiempo, impide una correcta percepción y, más aún: imposibilita razonar analíticamente para intentar alguna conclusión. Quedamos inmersos en un esquema donde se termina aceptando hasta aquello que nos perjudica. Desde su legitimidad de origen, Javier Gerardo Milei ha ido construyendo su propio mundo, modelando la realidad casi a su antojo. Su territorio: el ciberespacio. Y casi no tiene contradictores. Una gran soberbia, casi descontrolada, alimentada hasta el infinito por un séquito que la nutre con silencios cargados de terror, es su punto de partida. Siempre moviéndose sobre seguro. En ambientes controlados. Nadie debe cuestionar. Todos, absolutamente todos, obligados a callar y obedecer. En gran medida esto es posible porque la oposición no logra tomar cuerpo. Le falta músculo y tampoco lo busca.
Por Néstor Banega
Prueba y error
Todo el tiempo asistimos a marchas contramarchas. En el tema que se nos ocurra, pero principalmente en lo relacionado a la posibilidad de lograr que las provincias firmen el denominado Pacto de Mayo. Decidido, lugar y fecha, por el propio presidente de la Nación. Escrito de antemano y no admite aportes.
Una especie de zanahoria a futuro incierto, escrita con excusa federal y objetivos claramente unitarios. Al menos hasta el cierre de esta edición la administración de La Libertad Avanza (LLA) intenta avanzar por el camino trazado que lleva hasta Córdoba, donde esperan lanzar, con bombos y platillos, un nuevo esquema de gobernabilidad en complicidad con los gobernadores.
Previamente, el Congreso debería darle aprobación de un proyecto de Ley de Bases maquillado y a un paquete fiscal cuyo mayor objetivo es consolidar una baja de salarios en el empleo formal, con la vuelta del impuesto a los salarios recargado.
Llegar a esta aprobación (vuelta de ganancias) requiere la complicidad explícita de los gobernadores. Los empujan con promesa de fondos. Es decir, se trata de hacerlos responsables políticos junto a Senadores y Diputados Nacionales del retroceso que, parafraseando a algunos dirigentes, es un paso más contra la clase media. Como hicieron con la liberación de los precios de las prepagas.
Para que los mandatarios acompañen, para contar con esa sana comprensión y un acompañamiento efectivo, el gobierno nacional les quitó (y quita) a las provincias todo lo que estuvo a su alcance. Para despabilar tal vez.
Construye con cómplices silencios o tenues reclamos (prácticamente inaudibles) un clima de asfixia financiera que empuja a los Estados Federales a un callejón sin salida.
Mayo,pero sin libertades
Entendemos, ya lo hemos dicho antes, que no es un acuerdo lo que se pretende firmar en Córdoba. Porque si lo fuera debería reflejar puntos de vista de las partes. Se trata de una imposición y para lograrla se recurre al aturdimiento, al cansancio. Prueba y error. Insulto y reproche.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1149, del día 18 de abril de 2024)