Inversiones y sospechas sobre los nuevos millonarios

La sospechosa prosperidad del club de la construcción

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José Amado

Algunos de alto perfil, otros más callados. Están los que se suben a un barco con champagne o a un Jaguar veloz, y los que disfrutan sin alardes. Pero a todos los une una característica: pasaron de ser ciudadanos como cualquiera que trabaja para subsistir en un país donde todo se hace cuesta arriba, a recibir un golpe de suerte que los hizo millonarios. Aunque la suerte acá no cuenta: Nicolás Lorenzón, el famoso influencer de Paraná, dejó un agujero impositivo multimillonario; con su socio, Pablo Gareis, construyeron un emporio inmobiliario y de la construcción; compartieron sociedad en el Corralón Oro Verde con el contador Andrés Gamarci, mientras que al de ellos, Terramat, lo vendieron hace poco a Esteban Martínez, un próspero empleado público que se hizo empresario. A su vez, como fue de público conocimiento, Gamarci compró junto al hijo del dueño de una cadena de carnicerías y a un comerciante de maxikioscos, el supermercado La Peruana.

Nico Lorenzón es un muchacho hábil, inteligente y audaz. Está hecho para los negocios y en las redes sociales encontró su lugar en el mundo. Fotos, videos, fotos, videos, cuerpos, playas, autos, casas, familia y claves del éxito. En más de una década acumula arriba de 2 millones de seguidores en Instagram, algo que supo explotar al máximo y le rindió para sus negocios. Es corredor inmobiliario y constituyó en 2014 Terranova, su empresa que actúa como inmobiliaria, constructora, sociedad fiduciaria y consultora. La exposición pública, la imagen del éxito y la felicidad potenciaron su capacidad para vender sueños a quienes buscan una propiedad, un hogar o un estilo de vida.

Se asoció con Gareis (casi un hermano para él), quien ya estaba en el rubro inmobiliario y también en el del corralón, y constituyeron Terramat, con sede en la localidad de Oro Verde. En poco tiempo esta empresa pasó a ser un shopping de materiales de construcción, con una gran propiedad, camiones y stock de mercadería. Muchos corraloneros y ferreteros de toda la vida se preguntan cómo hicieron, en un rubro que crece y cae al ritmo de una economía que en los últimos 15 años estuvo más en caída.

Y, mientras crecían, Lorenzón no lo ocultaba: mansión en barrio Paracao, viajes a paraísos, bienes suntuosos y manteca al techo. A inicios de 2022 abrieron una sucursal de Terramat en avenida Zanni cerca de Crisólogo Larralde, con bombos y platillos. “El mejor precio, casi al costo”, promocionaba el influencer. Y así era, en el último tiempo quien se encontraba construyendo su casa sabía que una bolsa de portland la encontraba 30 o 40 por ciento más barata allí que en cualquier corralón.

Pero el rubro inmobiliario siguió siendo el más fuerte. Construyeron varios edificios y avanzaron con loteos en toda la zona sur de Paraná, en Oro Verde y en Colonia Ensayo. En Oro Verde, cuentan quienes observaron situaciones llamativas, tenían un muy buen vínculo con las autoridades municipales. Un loteador que buscaba realizar un emprendimiento en la localidad recuerda que, cuando fue a pedir las autorizaciones correspondientes, le dijeron que debía comprar todo lo necesario en Oro Verde, para fomentar el comercio y la mano de obra local. Al salir de la oficina, casualmente, se encontró con uno de los dueños de Terramat.

Así como todos estos movimientos no pasaban desapercibidos para nadie en Paraná y en Oro Verde, tampoco lo fueron para agentes de la AFIP, que comenzaron fiscalizaciones sobre las personas y las sociedades. Actualmente se encuentran bajo esta observación del fisco Lorenzón y Gareis como personas físicas, y Terranova y Terramat.

Sobre la situación personal de Lorenzón es donde encontraron mayores inconsistencias. Hay una diferencia entre lo que declaró de ingresos y lo que pagó de impuestos que le genera una deuda con el fisco de casi 200 millones de pesos, según se informó a ANÁLISIS. Esta deuda se habría generado fundamentalmente a partir de la evasión de IVA y Ganancias, por los ingresos que obtuvo a partir de la guía que redactó llamada “Influen-Ser”, una especie de instructivo para ser una persona exitosa en las redes sociales y en la vida.

¿Se trata de un best seller? Podría serlo, ya que las ventas a través de Mercado Libre fueron exponenciales. Pero en realidad, adquirir el libro era como comprar un boleto de lotería. Lorenzón sorteaba en sus redes sociales desde un IPhone hasta un auto de alta gama y para participar del sorteo había que comprarle un libro. Muchísimas personas entre sus seguidores adquirían el producto y cruzaban los dedos para quedarse con esos bienes. Las ventas registradas a través de Mercado Pago fueron millonarias. El expediente para poder cerrar el número en capitales de evasión por parte del influencer se demoró por una razón que se repite en diferentes causas donde se intenta obtener registros fieles de Mercado Pago y otras billeteras virtuales: en este caso, la empresa de Marcos Galperín, el hombre más rico de la Argentina y uno de los más ricos del mundo, pasaba a la AFIP iba pasando informes a cuentagotas y llevó tiempo establecer el monto.

Para sortear esta situación que se le presentará a Lorenzón, deberá saldar toda la deuda en un pago, según se explicó. Si acepta la pretensión del fisco, deberá presentar declaraciones juradas rectificativas de IVA y Ganancias, y esto a su vez le generará intereses resarcitorios y punitorios. Por lo cual aquella cifra de 200 millones podría duplicarse o más. Es mucho dinero para cualquier ciudadano y a muchos empresarios lo llevaría a la quiebra, pero para Lorenzón podrían ser, por ejemplo, unos 500.000 dólares, un monto que, a la luz de lo que ostenta, podría ser un vuelto. Sin el empresario no opta por este camino, la AFIP lo denunciará, se constituirá como querellante en una causa federal y desde ese momento tendrá 30 días hábiles posteriores al llamado a indagatoria para resolver su situación ante el fisco. Otra opción que tiene es que se abra una moratoria para los grandes deudores, algo de lo que se está hablando en el nuevo gobierno nacional de Javier Mileil.

También de la fiscalización apareció una deuda impositiva del dominio “Clickeando”, pero cuyo ajuste fue mucho menor, de unos 3 millones de pesos.

En 2022 Lorenzón y Andrés Gamarci se conocen y se asocian. En marzo, Terramat compró el 10% del conocido Corralón Oro Verde (ambos están ubicados a pocos metros en la localidad), propiedad del contador y empresario que, pocos meses después, iba a aparecer como el referente de la compra del supermercado La Peruana.

Esta última se trató de una inversión que hizo mucho ruido en Paraná. Por un lado, porque se hablaba de la reactivación de un comercio tradicional de la capital provincial que a la vista de todos se venía abajo y aparecían inversionistas con la auspiciosa promesa de reactivarlo y, no sólo sostener el empleo de unas 80 familias, sino también incorporar más trabajadores. Por otro lado, porque comenzaron a hablar las malas lenguas sobre las personas que aparecieron comprando una firma en casi 1 millón de dólares.

Según el edicto judicial publicado en el Boletín Oficial de Entre Ríos, en mayo de 2022 Gamarci, Cristian Vital, un muchacho que proviene de una familia que tiene una conocida cadena de carnicerías en Paraná, y Matías Santa María, quien tuvo kioscos en la ciudad y también incursionó en el rubro inmobiliario (aunque no es corredor), se hicieron del 100% de La Peruana que le vendió el empresario de Bovril, Gabriel Götte, por 922.700,07 dólares, a pagar en 139 cuotas de 6.638,13 dólares. Gamarci tiene el 40% y los otros dos jóvenes el 30% cada uno.

Y a fines de 2022 Gamarci va por más: Lorenzón y Gareis le ceden todas sus participaciones societarias de Terramat SRL, según el edicto, en 20 millones de pesos pagados en efectivo y se queda con el 100% del corralón que ya era uno de los más grandes de Paraná y Paraná Campaña.

En medio de todo este ajetreo empresarial (y a su vez mientras preside la Asociación Paranense de Sóftbol), el contador Gamarci trabajaba para la Municipalidad de Paraná: aunque era Julio Gamarci quien fue subsecretario de Deportes, Andrés estuvo contratado durante la administración del exintendente Adán Bahl, entre febrero de 2020 y diciembre de 2023. Y en el último tiempo se lo había visto conduciendo un auto Jaguar rojo, que ahora se encuentra a la venta en una concesionaria de vehículos de alta gama de Paraná.

Sin embargo, en los meses siguientes pasaron cosas y la empresa volvió a sus dueños originales. Y lo que pasó no quedó asentado en edictos púbicos, pero distintas fuentes mencionaron que el nuevo dueño se encontró con una desprolijidad importante en las cuentas del corralón. Por ejemplo, se menciona que dos por tres aparecía una persona a llevarse materiales que decía haber comprado, pero la facturación de esa venta no se encontraba. Es decir, habrían sido ventas en negro.

No obstante, los amigos empresarios estaban decididos a desprenderse de Terramat. En particular, Lorenzón aceleró su retirada de Paraná para radicarse en Miami. Y esto incluyó desvinculare también de su joya, Terranova. En febrero de 2024, el influencer cede toda su participación societaria en la inmobiliaria, constructora y desarrolladora de proyectos a los Gareis (su amigo, la pareja y el cuñado). Ya en diciembre de 2023, el influencer constituye MECO 2023 SAS para comercio y servicios informáticos, junto a Luis Lorenzón, un rubro sobre el que se venía concentrando desde un tiempo atrás. 

Unos días después, Nicolás le entrega también todo su capital en Terramat a Lucas Gareis, cuñado de Pablo. Pero la familia de Valle María también ya pensaba en desprenderse del corralón, que vendieron a la semana siguiente. Y aquí aparece otro personaje en esta historia que deja muchas dudas a quienes lo conocen y también al fisco.

Un nuevo empresario de la construcción, Esteban Martínez, se quedó con el 90% del capital social de la empresa, mientras que otro emprendedor del rubro, Juan Leiva, adquirió el 10%.

Martínez, de 35 años, fue empelado del Ministerio de Planeamiento e Infraestructura de la provincia de Entre Ríos, con contrato de servicio entre mayo de 2012 y diciembre de 2017, y luego entre julio de 2019 y febrero de 2021. Ese año presentó la renuncia a sus funciones en la Subsecretaría de Arquitectura y Construcciones de dicha cartera, y conformó una empresa dedicada a la provisión de materiales, justamente junto a otro exfuncionario de Planeamiento. Se trata de Aceros del Litoral, que ya forma parte de la Cámara de la Construcción (Camarco) y se advierte que tiene movimientos financieros muy voluminosos. Según su sitio web, pertenecería o es una distribuidora de Acindar (Grupo ArcerolMittal), ya que tiene el logo de la empresa al pie de la portada. Sin embargo, no aparece en la Red de la siderúrgica más grande de Argentina que tiene 124 puntos de venta en el país. Podría no estar actualizada.

Leiva, de 31 años, por su parte, es dueño de Viviendas Sion, que se dedica a la venta de casas prefabricadas, con sede en San Benito. Varios años atrás, trabajó para una empresa que se dedicaba al mismo rubro, con sede en la localidad santafesina de Venado Tuerto.

Fuentes de la AFIP así como allegados a Martínez, coincidieron en que existiría un desfasaje financiero entre el pasado de este muchacho y su presente próspero. “No cuadra nada”, sostuvieron en el organismo oficial ante las consultas de ANÁLISIS. Según el edicto judicial, Martínez y Leiva pagaron 20 millones de pesos por Terramat, aunque la cifra no cierra teniendo en cuenta la cantidad de materiales y la magnitud del negocio. Otras fuentes indicaron que se habría acordado un pago en 84 cuotas por una cifra mayor y en dólares. Otros allegados al empresario señalan que anteriormente no mostraba un nivel de vida alto y de repente apareció con vehículos de alto valor, entre otros bienes. Los investigadores del fisco nacional vienen apuntando sospechas a que atrás suyo habría un peso pesado de la industria local oriundo de la provincia de Santa Fe, aunque por el momento no han surgido pistas firmes al respecto.

Los recursos con los que cuentan los organismos y agencias del Estado para investigar estos hechos y, al menos, aclararlos, son muy reducidos. La Unidad de Información Financiera debería ser una institución fuerte con presencia en todas las provincias y personal y recursos para ir detrás del dinero que no se encuentra. Cuando se regionalizó, Entre Ríos quedó en un área comprendida además por las provincias de Misiones y Corrientes. Tiene una sede en la ciudad Posadas (una oficina en un departamento) y desde allí se pretende que controlen el flujo de dinero mal habido en todo el noreste argentino. Además, son un grupo reducido de contadores y abogados que se pueden contar con los dedos de una mano.

Algunos recuerdan lo sucedido el año pasado, cuando el gobierno nacional instaló una oficina de la UIF en la ciudad de Rosario con el objetivo de investigar el flujo del dinero del narcotráfico. A los pocos días, la sede amaneció con un ramo de rosas atado en una reja, lo que se entendió como un mensaje mafioso. El funcionario que había quedado a cargo renunció al poco tiempo.

En este panorama, resulta difícil que los comentarios que se escuchan todo el tiempo en Paraná sobre aquellas personas que pasan “de mendigos a millonarios” y con crecimientos patrimoniales que sorprenden a todos, tengan su correlato en investigaciones administrativas y judiciales. Aunque con los escaso recursos que existen, por algunos lugares se viene avanzando.

Una llamativa comparación (Recuadro 1)

El productor agropecuario Leonardo Airaldi y otras 17 personas fueron procesadas por el juez federal Leandro Ríos, acusadas de conformar presuntamente una organización dedicada al narcotráfico en Diamante y Paraná. La resolución de 465, que en su gran mayoría consiste en transcripción de escuchas telefónicas, la prueba principal para acusar a los implicados dejó varias apostillas y hasta nombres que se cruzan con los empresarios de la construcción y el rubro inmobiliario mencionados en esta nota.

Sin suspicacias sobre conexiones entre el narcotráfico y estos personajes, sobre lo que no hay prueba alguna en el expediente, llamó la atención una conversación que mantuvo uno de los procesados con un desconocido en la que hace referencia a Nicolás Lorenzón.

Se trata de José Nicolás Godoy, un muchacho de 35 años, empleado de campo, nacido en Paraná pero que vive en Oro Verde. Godoy es considerado un excelente amansador de caballos y dice que por esa razón fue contactado por Airalid, para que trabajara sobre sus equinos. Luego, según él argumentó en su declaración indagatoria donde se defendió de las acusaciones, pudo emprender como comisionista en los distintos negocios agropecuarios, en los que Airaldi le abría una puerta. Por ejemplo, en el transporte de carga. El juez acusa a Godoy de haber cumplido el rol de “asistente, resguardador y transporte” de drogas.

En su declaración, Godoy dijo: “Me conoce todo el mundo en Oro Verde, trabajo desde muy chico, trabajo para Pablo Gareis, le atiendo una quinta, también en el campo Virgen Morena de los Curto, estuve un año más y me fui a trabajar a un corralón, y siempre me tiraron los caballos y por eso lo conocí al Leo Airaldi. Después de trabajar hago changas en diferentes lugares, nunca consumí, nunca vi droga, se comentaba cosas de Leonardo Airaldi como que vendía eso, pero yo nunca vi nada (…) Ahora trabajo con Pablo Gareis en la inmobiliaria que tiene, le atiendo la quinta como encargado de los caballos, voy a la casa, le limpio la pileta, con horario de 7 a 15 horas, aunque es flexible el horario. Antes trabajé en el viñedo Los Aromitos desde el 2011 hasta que Pablo Gareis me ofreció este trabajo, él siempre me lo ofreció. Siempre laburé y changuié para salir adelante”.

Que Gareis sea su empleador, no lo implica para nada en la trama narco. Lo que llamó la atención es una escucha telefónica en la que Godoy compara a Airaldi con Lorenzón:

Godoy: no si ando haciendo negocios, tengo una cantidad de conocidos ahí, me encargan cosas, pero nada malo, no vendo droga no vendo nada

Amigo: (risas)

Godoy: Siempre me hubiera gustado vender droga porque me haría la plata.

Amigo: El otro día cuando vos me dijiste que tu amigo te había mandado a cobrar.

Godoy: Ah bueno pero esas cosas es de mi amigo, no mío

Amigo: Pero te iba a preguntar si tu amigo vendía eso o qué

Godoy: mi amigo, más vale

Amigo: ¿En serio?

Godoy: Ese sí, pero es una plaga es

Amigo: ¿y vos le cobrabas esas cosas?

Godoy: No, me mandó a buscar una plata pero andá a saber de qué era.

Amigo: Mmm, mirá es narco tu amigo

Godoy: Ese en su tiempo tenía poder en Paraná, pero es un vago, tuvo toda la vida mucha plata, pero mucha plata, nació en cuna de oro y yo no sé por qué se dedicó a hacer esas cosas (…) pero encima perdió un montón de campo también por pelotudear

Amigo: Qué bárbaro

Godoy: Pero tenía, pero no, Nico Lorenzón y Pablo, un poroto, porque mirá que lo metieron preso al intendente de Paraná y a él no le pudieron hacer nada.

¿Por qué el muchacho compara a Airaldi con Lorenzón y dice que el influencer es “un poroto” al lado del productor agropecuario? Deja entrever que, así como Airaldi pudo escapar de la Justicia durante mucho tiempo pese a andar en actividades ilícitas, también lo haría Lorenzón, pero en menor escala. ¿Será por el vox pópuli acerca del origen presuntamente espurio de la fortuna del corredor inmobiliario y constructor? Es una explicación que podría brindar, aunque como imputado no está obligado a darla.

Esta calle es mía (Recuadro 2)

Una situación particular se observa en el barrio Paracao de la ciudad de Paraná, donde vecinos denunciaron a Nicolás Lorenzón por apropiarse de una calle. De una calle pública, vale aclarar.

Se trata de una zona ubicada frente a la imponente vivienda particular del influencer, donde años atrás realizaron un loteo, muchas familias compraron y construyeron sus casas y se encontraron luego con que el barrio no tenía más que una entrada y una salida, debido a que una calle termina literalmente en un paredón de ladrillos.

Se trata de la calle 1570 que debería recorrer desde Arroyo Correntoso hasta Moisés Lebensohn. Pero en el medio hay muros que impiden el paso.

Por ejemplo, se observa desde el lado del barrio Los Lapachos, que tiene ingreso a través de un pórtico sobre calle Juan Báez, a una cuadra de calle General Espejo. La calle de ingreso es Arroyo Correntoso. Unos 250 metros hacia el sur está la calle 1570. Quien entrando al barrio dobla a su izquierda en esa intersección, podrá transitar no más de 220 metros hasta que se choca con un muro rojo de al menos cuatro metros de altura.

Desde el otro lado sucede lo mismo. E loteo armado y vendido por Lorenzón tiene una única calle sin salida, la 1538. Poco antes de llegar al final de esa cortada, hay una bajada de tierra y piedras que a simple vista no se comprende si es un lote que quedó vacío o de qué se trata. Esa cuesta abajo desemboca en el costado del muro perimetral. Paralela a esa calle está lo que debería ser la continuación de la calle 1570.

La calle siempre estuvo cortada porque hay un inmenso terreno que fue tierra, yuyos y ramas. Pero según los planos del barrio la idea era que continuara sobre ese terreno unos 70 metros en diagonal para que tuviera salida a calle Lebensohn. De repente, los vecinos se encontraron con albañiles poniendo ladrillo sobre ladrillo y hoy hay un gran muro perimetral que no solo corta la calle 1570 sino que rodea todo el terreno de aproximadamente 5.000 metros cuadrados.

Ese tramo de la calle 1570 (entre Lebensohn y el muro) está asfaltada y con incipientes palmeras en cada lateral.

Esa propiedad es Lorenzón no solo por lo que conocen los vecinos, sino porque el mismo influencer alardea en sus redes sociales sobre el proyecto inmobiliario personal que está encarando en ese lugar. Dice que se va a hacer una mansión con piscina y cancha de fútbol privada.

El diseño urbano de su propiedad le saldría redondo a Lorenzón, porque el ingreso quedaría por Lebensohn, entrando por la calle 1570, avanzando unos 160 metros que ya están asfaltados, aunque con un cordón y pozos que impiden hoy el ingreso de cualquier vehículo, y que desemboca exclusivamente en la entrada de lo que sería su nuevo oasis. Desde calle 1570 y Lebensohn hay unos pocos metros hasta la actual casa de tres pisos estilo minimalista del influencer.

Es decir: un tramo de calle (pública) asfaltada que sirve sólo para llegar hasta el portal de una sola persona.

En el medio quedaron los 70 metros de lo que iba a ser una diagonal de la 1570 para que los vecinos de Los Lapachos pudieran transitar hasta Lebensohn, y viceversa.

A quienes no les salió bien el asunto es a las familias que le compraron los lotes a Lorenzón. El joven había comprado el terreno ubicado frente a su casa principal a una señora de apellido Gamberín, armó el loteo y vendió, sin escriturar. De hecho, hoy toda esa propiedad aún figura a nombre de esa mujer.

La calle apropiada significa, además, un trastorno simple y diario como tener que realizar un largo trayecto para sacar la basura, ya que el camión recolector no puede ingresar por la angosta calle 1538 ya que no tiene margen para dar la vuelta.

Varios vecinos radicaron las denuncias correspondientes en la Municipalidad el año pasado. Pero no tuvieron eco de las autoridades de entonces, particularmente cuestionan al arquitecto Cristian Lacout, exfuncionario del área de Obras Privadas.

Esta semana, ante la consulta de ANÁLISIS, se informó desde la Municipalidad que se tomarán cartas en el asunto, ya que ante las primeras averiguaciones emergen ciertas irregularidades en el loteo y en la calle en cuestión.

(Esta nota fue publicada en la edición gráfica de la revista ANÁLISIS, edición 1149, del día 18 de abril de 2024)

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