Diálogo con la presidenta del Colegio de la Abogacía, María Marta Simón

“Lo que está ocurriendo con el Jury es una situación preocupante”

Edición
1151

María Marta Simón se convirtió en octubre del año pasado en ser la primera mujer abogada en presidir el Colegio de la Abogacía de Entre Ríos. Eso no es todo. También se convirtió en la primera persona en ejercer esa presidencia sin ser de Paraná y rompió el centralismo por una cultura más federal y que honra la memoria de los entrerrianos.

Por Nahuel Maciel

María Marta Simón es presidenta del Colegio de la Abogacía de Entre Ríos. En ese rol inscribió su nombre –junto a su equipo de gestión- en dos hechos históricos en una institución claramente machista. Es la primera mujer en la historia entrerriana en ejercer la presidencia de ese Colegio y es la primera en ser elegida sin tener domicilio en Paraná. Cuesta creer que, en tierras entrerrianas, se haya perdido tanto tiempo en el ejercicio del federalismo que está inscripto en la memoria de la provincia y casi siempre fue mancillado por la concepción centralista y unitaria.

Además de describir la realidad de los profesionales de la abogacía, María Marta Simón planteó la necesidad de acerar mejor el servicio de Justicia a la ciudadanía. En ese sentido, manifestó sus esperanzas en la gestión del actual presidente del Superior Tribunal de Justicia, Leonardo Portela, a quien conoce por su ciudad de referencia (Gualeguaychú) sino también porque son de la misma generación, fueron formados en la misma casa de estudios (Universidad de Buenos Aires –UBA) y han compartido el ejercicio profesional: ella como abogada y él como secretario, juez y camarista en su momento.

Egreso de la carrera de Derecho en 1997 con Diploma de Honor de la UBA, es decir, con promedio superior a 8. Confesó que desde niña “ya sabía que quería ser abogada”.De familia de abogados: su abuelo (Alfredo Jorge), su padre (Jorge Alfredo) como otros familiares (su tío Enrique o su tía “Anita”, por ejemplo) ejercieron y ejercen la profesión. Pero, más allá de ese antecedente familiar, ella reconoce que la búsqueda del bien común y la defensa ante la injusticia fue la motivación mayor para abrazar esa vocación.

En diálogo que mantuvo con la Revista ANÁLISIS expresó su preocupación por las actuaciones vinculadas con el Jury, donde es público y notorio la persecución de magistrados y funcionarios que se atreven a investigar hechos de corrupción. “Lo que está ocurriendo con el Jury es una situación preocupante”, indicó sin titubeos.

-Basta con recorrer las redes sociales para darse cuenta que existe una carga de agresividad muy grande.Y a esto hay que agregarle que quienes representan a las instituciones son igualmente violentas y agresivas.¿Observa que eso ya es parte de la cultura ciudadana o es algo transitorio?

-Desearía que fuera algo transitorio. A esa situación no la observo solamente en el estudio. Por supuesto, la sociedad está muy violenta y la pérdida de la palabra -es verdad eso-, también ha provocado la pérdida de los valores. No solamente la pérdida de palabras para poder expresar lo que nos está pasando y lo que queremos; y entender incluso lo que al otro le pasa y lo que el otro quiere. Y asítratar de encontrar un punto en común. También percibo que muchas veces la pérdida del valor de la palabra además de no poder comunicarnos y de la agresión, se agrava cuando no cumplimos siquiera con lo que nos comprometemos o decimos.

-Además, puede ocurrir que en una sociedad que propende al individualismo y por eso atenta contra sí misma, también crea que tiene más derechos que obligaciones, porque el individualista tiene esa configuración.

-En esto también tenemos una falencia muy grande como sociedad.Los derechos los publicamos con letras de molde y las obligaciones las escondemos. Por eso, tenemos erosionada también la confianza, la confianza entre los diálogos generacionales se han perdido. Esto de poner por escrito para quedarnos más tranquilos nuestros abuelos ni se lo imaginan: en ellos prevalecía el apretón de manosque valía más que cualquier documento.

Roles institucionales

-Usted es desde octubre del año pasado presidenta del Colegio de la Abogacía de Entre Ríos.

-Así es. Mi mandato se extiende hasta octubre del 2025. Soy la primera presidenta del Colegio en ser mujer, y la primera persona en ocupar la presidencia sin ser de Paraná. Es decir, una doble condición. Por supuesto,esto me ha traído un montón de complicaciones desde la organización familiar, además que en el estudio trabajo muchísimo.

-Se rompió el paradigma “machirulo” que ostentaba el Colegio de la Abogacía, además de que era netamente centralista sin tributar al federalismo.

-Sí, ha sido poco federal. Hay que tener en cuenta que somos el único Colegio de la Abogacía a nivel provincial. Santa Fe, por ejemplo, tiene cinco Colegios de la Abogacía. Y aquí tenemos uno solo. Hay uno solo dividido en Secciones, pero esas Secciones no son el Colegio de la Abogacía de Entre Ríos, sino que forman parte de él. Tenemos un Colegio a nivel provincial que maneja la matrícula de los abogados a nivel provincial. Y hasta ahora siempre esa conducción ha sido ejercida por un abogado de Paraná. Y esto ocurrió por esa idea que nos hace creer que todo pasa en Paraná. Es verdad, que es la ciudad capital de Entre Ríos, que allí están establecidos los órganos de gobierno a nivel provincial, que si uno quiere hablar con el Superior Tribunal de Justicia también tiene sede en Paraná. Todo eso es cierto. Pero, estamos en una época en la cual no solo la tecnología sino las rutas –más allá de sus estados de conservación- nos permiten -si nos organizamos con tiempo-, estar presentes. Y la voz por ahí del abogado litigante del mal llamado “interior provincial”, no siempre es escuchada como corresponde. Paraná tiene poco más de 1.970 matriculados, cuando el Colegio a nivel provincial tiene 4.600 matriculados, de los cuales podemos decir que casi 2.000 están en la capital provincial. Pero, también tenemos otras seccionescomo Rosario del Tala, Villa Paranacito, o todo lo que es centro provincial con realidades que merecen otra atención. Entre Ríos es mucho más que las costas del Paraná y la del Uruguay. Tenemos un centro que tiene su impronta, donde hay muchos y muy buenos abogados y abogadas. Pero, con otra relación con los órganos de la Justicia, con otra relación en la comunidad. El abogado y la abogada de Rosario del Tala, por ejemplo, es percibido en esa comunidad de otra manera que como se la puede percibir en Paraná o Gualeguaychú u otra ciudad de similares magnitudes. Es que, en comunidades más pequeñas, ese profesional tiene hasta una función social más evidente.

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1151, del día 6 de junio de 2024)

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