Resignificar el pasado

Una casona con historia que volvió a la vida gracias a la cultura

Edición
1151

Tierra Bomba cumple nueve años hospedando diversión y expresión en el centro de Paraná. Desde 2015, los dos hermanos que gestionan el espacio cultural de la capital provincial, trabajan para habitar la vieja casona desde la alegría. En junio habrá una agenda cargada de veladas para celebrar y que las protagonistas sean las diversas expresiones artísticas.

Por Aldana Badano

Tierra Bomba está ubicada en pleno centro de la capital provincial sobre una de las arterias fundamentales que marca un antes y después en cada calle de la ciudad. La casona que alberga este espacio cultural está emplazada en calle Urquiza 1214 y, como toda casa antigua, tiene un extenso pasado. Sin embargo, los dos hermanos que llevan adelante este proyecto cultural han decidido resignificar el espacio y darle una nueva vida, respetando el pasado, pero habitándolo desde otro presente y con intención de construir un mejor futuro.

En un principio, la casona fue propiedad de un inmigrante español que poseía importantes edificaciones en la zona y fue uno de los primeros domicilios en poseer los servicios de agua y cloaca. Luego, fue cambiando de dueños hasta llegar a ser una dependencia de la Policía de Entre Ríos y luego convertirse en un centro clandestino de detención en la última dictadura cívico – militar. Por este oscuro pasado, el espacio ha sido allanado y tomado como prueba en la causa que investiga la desaparición de Ramón Sánchez conocido como “Pichón” Sánchez que militaba en la Juventud Peronista cuando fue privado de la libertad, en 1975.

“El de Pichón Sánchez fue un caso muy conmovedor en aquel momento porque fue el primer asesinato por cuestiones políticas en la década del ‘70, en Paraná. La Fiscalía está a cargo de la investigación, el caso fue delegado por la Magistratura. Falta individualizar quienes fueron los funcionarios policiales que intervinieron en estos hechos y si están con vida” destacó el abogado en una entrevista concedida al diario Unoen ocasión del allanamiento en agosto de 2022.

En estas investigaciones, se han encontrado evidencias de que allí se cometieron delitos de lesa humanidad. Se trata de marcas en las paredes en lo que fueran los calabozos de detención clandestina, que aún hoy siguen en pie en el patio del espacio cultural y que permanecen cerrados bajo llave para preservarlos como testigos del horror. En la ocasión del allanamiento, el abogado José Iparraguirre destacó que en el lugar se encontraron diez nombres o apodos más inscriptos en las paredes de los calabozos.

Pasaron los años, la democracia volvió y el espacio se convirtió en un centro de formación académica, en donde funcionaba un instituto terciario. Allí fue que los dos hermanos notaron que la casona tenía mucho potencial para ser algo más. Una noche de junio del 2015 decidieron mover los pupitres, decorar el espacio y organizar una peña. Así fue que abrieron por primera vez bajo el nombre de Tierra Bomba.

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1151, del día 6 de junio de 2024)

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