Soy un frigerista tardío”

Edición
1158

Nació el Buenos Aires pero el amor lo llevó a vivir en Victoria. Es uno de los pocos funcionarios que no usa un auto oficial para moverse. Usa colectivos de línea y camina. Gastón Bagnat, preside la Caja de Jubilaciones y uno de sus sellos en la gestión es la austeridad.

Claudia Martinez

(Especial para Análisis)

Se lo suele ver, ingresar informal y apurado a las reuniones donde se lo convoca en Casa de Gobierno. Va y viene todos los días  a Victoria, lugar donde vive, en micro de larga distancia. Se baja en la terminal de Paraná y desde allí, camina hacia la Caja de Jubilaciones donde se desempeña.

Estudió Ciencias Políticas y tuvo una elección fallida. Pero después vino el llamado de Frigerio para formar parte de su gabinete. .

“Después que estudias Ciencias Políticas, haces varias cosas más. Te especializas, haces diplomaturas o algún posgrado para atender a un universo que es bastante complejo: Pero siempre digo que es más  hobby que otra cosa porque no son profesiones con salida laboral directa como que te forman para la vida, para determinadas cosas... Bueno, salvo  que pongas en una consultora y trabajes de eso”, narra.

 

Tiene 54 años y contrariamente como algunos piensan, nació en Buenos Aires pero el amor lo llevó a vivir en Victoria.

“Mi esposa era de Victoria y la empecé a visitar y me gustó. Después,  cuando tomé una decisión de vida para formar una familia, elegimos ese lugar que era más tranquilo”, asegura.

-¿Por qué vos vas y venís todos los días en colectivo?

- Primero, porque para mí es más cómodo, y porque es más económico también siempre que te manejes con tus propios medios, ¿no es cierto?  Venir en un auto propio todos los días,  ir y venir solo no solo  es mucho más caro y estás manejando 4 horas: 2 horas de ida y 2 horas de vuelta. Entonces, en un colectivo venís trabajando o descansando y no tenés el riesgo ese de estar manejando. Después que es mucho más barato, sale la mitad. A veces coincido con alguna gente de Victoria que va y viene Y te llevan, te traen y te llevan. Hacemos una vaquita y paga un poco cada uno.  Pero digamos que yo lo vivo eso con mucha naturalidad. Para cumplir el pedido que hizo el gobernador, el auto de la Caja se dio en comodato a un hospital, o sea que no hay vehículo oficial. En la Caja hay  nada más que un utilitario para llevar los expedientes y se suprimieron todos esos gastos, cocheras y cosas  innecesarias. No hay un auto para presidencia.

- ¿Y es cierto que vos te venís caminando de la terminal por acá?

- Sí, de la terminal por acá caminando. También es lindo eso. Yo creo que por ahí es un caso de implementación inmediata. Pero la realidad es que creo que hay un antes y un después en este periodo de tiempo que nos toca, donde  está claro que la sociedad ya no tiene tolerancia para ese tipo de cosas y que ser funcionario es un apostolado. Lo tenés que hacer porque realmente lo sentís y tenés algo para dar, si no es insufrible. Nosotros tenemos que recibir algo y saber que lo vamos a entregar mejorado: vamos a entregar algo mejor que lo que recibimos y para hacer eso hoy con el costo que tiene, el precio que uno paga público y familiar y todo para hacerlo: si no haces lo que realmente crees que hay que hacer como trabajo no es un buen trabajo antes de la caja de jubilaciones

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1158, del día 20 de marzo de 2025)

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