Por Edgardo Esteban

El zumbido

Edición
755

Edgardo Esteban

El periodista colombiano Javier Darío Restrepo dice: “La ética no se impone, se adopta por una libre decisión personal”. En esto se diferencia de la ley que es coactiva y se cumple por presión del policía o juez que exige y vigila su cumplimiento y sanciona el incumplimiento. Para la ética no hay otra policía que la propia conciencia. No se le puede imponer un reglamento de trabajo, ni un manual de estilo. Ser ético es una decisión personal. En definitiva, uno es ético porque tiene ganas”.

El periodismo está inmerso en esta realidad y por ende la crisis de valores que atraviesa la sociedad también le afecta directamente. Actualizar el debate del rol que les corresponde a los periodistas implica comenzar a ver, analizar y discutir temas como: la falta de transparencia y objetividad, el poder de la opinión pública, la censura y la libertad de prensa y el miedo ante las mafias instaladas en el poder, o la denuncia de pago de sobornos.

La formidable expansión de los medios de comunicación en esta época de la digitalización y su creciente influencia en la vida ciudadana nos obliga a plantear un debate en el que participen todos los actores responsables de la comunicación en la búsqueda de mecanismos más transparentes para mejorar la calidad de la noticia.
Muchas veces por el apresuramiento y la necesidad de informar, gran parte de los medios transmite informaciones surgidas de fuentes no calificadas o interesadas, las fabrica para excitar a sus seguidores y promover la venta de ejemplares o aumentar la audiencia, marchan por encima de cualquier cuestión ética. Si bien debemos diferenciar entre el interés mercantil de las empresas periodísticas y los objetivos, generalmente más desinteresados y de servicio a la comunidad de los profesionales del periodismo, el trabajo entre empresarios de medios y trabajadores de la información debe dirigirse hacia un debate conjunto que enriquezca la tarea de ambos, como así también al público.

La discusión de propuestas más transparentes es necesaria para lograr que los intereses de las empresas periodísticas confluyan con la necesidad de informar de manera seria y respetuosa.
Hasta ahora poco se ha hecho en este sentido en los medios periodísticos de Argentina, pero sin duda existen herramientas que posibilitan dinamizar y mejorar la calidad de la prensa para elevar la credibilidad periodística y su prestigio ante los ciudadanos.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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