Dieta forzosa

Silvio Méndez
En medio de la escalada inflacionaria que afecta sobre todo los bienes de la canasta básica, las finanzas del comedor que la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) tiene en Paraná están en rojo. Este sistema que brinda un servicio de alimentación a los estudiantes a un muy bajo costo, no podría sostenerse por mucho tiempo más si pronto no se aplica un aumento al precio del menú. Justamente frente a esta medida en danza, una coordinadora de estudiantes plantea la resistencia.
Para no llevar el ajuste a las castigadas economías de los alumnos, se pide un subsidio a la Universidad. Pero hete aquí que el planteo formal ante las autoridades correspondientes nunca habría sido presentado. Si bien la solicitud se tenía pensado exponerla en la reunión de Consejo Superior que se llevó a cabo el 26 de septiembre en Villaguay, ni tan siquiera los consejeros alumnos de las unidades académicas interesadas en el tema concurrieron a dicho encuentro. El reclamo genuino de los que realmente necesitan comer barato choca con un movimiento estudiantil desarticulado, sin la presencia, ni lucidez, ni el peso político que los universitarios supieron tener en algún momento.
Los dirigentes juveniles parecen más preocupados por hacer fiestitas bailables que por concurrir a los órganos de cogobierno de la alta casa de estudios. En concreto, el comedor de Paraná presenta un déficit de 20 centavos por menú, teniendo en cuenta que el precio actualmente es de 2 pesos. En este refectorio, el sistema de comidas se auto-financia, básicamente, con los ingresos por plato. Funciona media jornada con un promedio de 250 asistentes diarios de lunes a viernes. Además, existen en Oro Verde, Concordia, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay y Villaguay, pero cada cual tiene una administración diferente. En algunos el catering está tercerizado y en otros existe un régimen de viandas que se abonan mensualmente.
Por su parte, la UNER destina una asignación anual, que para el 2007 fue de unos 40.000 pesos para todos los comedores, y abona las becas a los que allí trabajan.
Teniendo en cuenta los números, en el de Paraná se ha pensado que para equilibrar las cuentas se tendría que elevar el plato a 2,50 y prever llegar a 3 pesos para el inicio en febrero de 2008. Ante esta situación, un grupo de becarios y estudiantes de Ciencias de la Educación y Trabajo Social requiere al rector de la UNER, Eduardo Asueta, que destine dinero para paliar el déficit con una suma de aproximadamente 3.000 pesos por mes. Además, un aumento de las becas de trabajo, los sueldos de la coordinadora, la cocinera, así como el presupuesto general de la Universidad. Sin embargo, esta postura no sería compartida por todos, ya que los representantes de Ciencias Económicas en el consejo administrador estarían dispuestos al incremento del menú con el objeto de que el comedor se mantenga y no cierre.
En el otro extremo, los argumentos por la exigencia de más dinero se sostienen en que ya hubo una suba del precio del plato a principios de año y que durante el corriente hubo una merma promedio de 40 estudiantes con relación al 2006. Si bien las exigencias han sido difundidas por los medios de comunicación, según las propias palabras de Asueta, el reclamo nunca fue canalizado institucionalmente. Mientras el problema aún no tiene visos de solución cercana, los habitúes del comedor han notado una merma en las porciones, así como quienes están a cargo de definir las compras y carta de la semana deben hacer verdaderos malabares para tratar de respetar una dieta equilibrada.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)