Dios, el Diablo y Jesús en una barca

C. C.
El texto elegido, y adaptado para la obra con la autorización del autor a través de la Sociedad General de Autores y Editores de España, sugiere, además de una mirada plena acerca de la condición humana, el poder y la trascendencia, una riqueza de ideas y de imágenes propias del desafío creativo.
Saramago invita en el escenario de una barca, a escuchar el diálogo entre Jesús, Dios y el Diablo, diálogo apasionado donde aparecen las preguntas esenciales, diálogo en el que se juega el destino del hombre y las relaciones de poder. En este marco, en medio de notables efectos de voces, sonidos y movimientos, y un ingenioso juego de luces, Dios y el Diablo intentan decidir el destino de los hombres, mientras tejen la telaraña de un complejo juego de poderes a través de la historia sin tiempo.
“El título de la obra es una frase del capítulo que adapté. La producción general de la puesta en escena la comencé exactamente hace un año y medio atrás. Justamente con el pedido de autorización para utilizar el texto. Algo que comencé sola a través de Internet, después me conecté con la Editorial Alfaguara, quienes dieron curso a mi pedido a través de un permiso que ellos a su vez remitieron a Argentores”, explicó en diálogo con ANALISIS Ester Brafa, quien es la directora, productora general y encargada de la adaptación.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)