“Es una experiencia inolvidable”

Álvaro Moreyra
El rugby del Litoral vivió un momento histórico. Por suelo rosarino, santafesino y paranaense pasaron los futuros jugadores de los principales equipos del planeta rugby y varios de ellos en poco tiempo seguramente formarán parte de los All Blacks, los Wallabies, los Sprinboks, o bien Los Pumas. En lo deportivo no hubo sorpresas. Nueva Zelanda barrió con todos los rivales que se le cruzaron en el camino y se adjudicó por tercer año consecutivo el título. En la final demolió a Australia, el otro equipo que mejor rugby mostró a lo largo del certamen, aunque en la final poco pudo hacer ante la supremacía de los Baby Blacks (con ese nombre se conoce a los juveniles neocelandeses).
El tercero fue Sudáfrica, con lo cual se volvió a reflejar la superioridad que existe en las categorías juveniles entre los equipos del hemisferio sur (los tres del podio, más Argentina) y los del norte. El único que amagó con terminar con esta hegemonía fue Inglaterra, hasta que se topó con los australianos en semifinales. Justamente los británicos ocuparon el cuarto lugar, en tanto que el quinto fue para Francia. Los galos fueron los verdugos de Los Pumitas en el partido que definió el quinto puesto. Los franceses le ganaron por segunda vez a los anfitriones (lo mismo había sucedido en la fase de grupos) y privó a los locales de quedar más cerca del podio.
Argentina realizó su mejor performance en los mundiales desde que se juega con estas características y mostró en el campo de juego que se están haciendo bien las cosas en el rugby juvenil, aunque todavía quedan pasos por dar para achicar un poco más la brecha con las potencias. De todas maneras Los Pumitas murieron de pie y se fueron aplaudidos hasta el hartazgo en el último choque disputado en cancha de Colón de Santa Fe. En ese partido hubo dos paranaenses, uno fue Javier Ortega Desio, quien estuvo desde el arranque; el otro fue Martín Chiappesoni, que ingresó en el segundo tiempo. La presencia de dos paranaenses fue, sin dudas, el dato destacado en lo deportivo para el rugby entrerriano.
“Es un orgullo”
Javier Ortega Desio transita su tercer año en Buenos Aires. A los 17 años emigró hacia la gran capital para estudiar arquitectura en la Universidad de El Salvador. Para continuar con la pasión del rugby el paranaense comenzó a jugar en el San Isidro Club (SIC), una de las entidades más importantes de este deporte a nivel nacional. En la actualidad alterna en la Intermedia y la Primera División del SIC que milita en la poderosa Unión de Rugby de Buenos Aires.
Hay una historia tal vez desconocida del jugador de Los Pumitas. Comenzó a jugar en Estudiantes de Paraná siendo muy chico, pero a los 9 años decidió abandonar la práctica activa y no jugó hasta los 16. A esa edad regresó al CAE y jugó en M16 y M17 para luego emigrar al SIC. Parece la historia de una película o algo por el estilo, pero después de abandonar el rugby por seis años, regresó con todo y en poco más de dos años tuvo una gran alegría: vestir la camiseta de Los Pumitas en un Mundial Juvenil, un privilegio que pocos pueden darse en su carrera como rugbiers.
Horas después de obtener el sexto puesto con el seleccionado juvenil de rugby, Javier Ortega Desio charló con ANALISIS y contó sus sensaciones tras el sexto puesto obtenido por el equipo que dirigió el terceto formado por Rolando Yanky Martin, Alejandro Molinuevo y Gustavo Cohen.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)