La Generación Dorada, el equipo de todos

Pablo Rochi
(Desde Mar del Plata)
Cuando FIBA Américas decidió otorgarle a la Argentina la posibilidad de ser sede del Preolímpico 2011, varios interpretaron esta oportunidad como una linda chance para empezar a despedir a la Generación Dorada, la camada más importante que dio el básquet argentino en toda su historia.
La pasión, la admiración y el apego que despierta este grupo liderado por Emanuel Ginóbili y Luis Scola es algo único, irrepetible e inigualable. Difícil será volver a encontrar un plantel que consiga tantos logros dentro del escenario como tantas repercusiones fuera.
Jeny Martínez es una periodista venezolana que se encuentra en Mar del Plata cubriendo el encuentro para una revista deportiva donde el baloncesto y el béisbol son las disciplina de mayor cobertura. Pero además, a la distancia, Jeny se confiesa admiradora de nuestra selección. “Cuando me propusieron venir a cubrir el Preolímpico, en primer lugar no dudé en decir que sí. Y una vez que se confirmó el viaje no hice otra cosa que largarme a llorar.
Es cierto que seguir la campaña de la selección de Venezuela me entusiasma, pero debo reconoce que mi debilidad es la Generación Dorada. Amo el básquet y ver de cerca a Ginóbili, Scola, Nocioni, Delfino, es algo que me llenó el alma de alegría”, dijo la morena.
“No sé si lo saben, pero para el resto del mundo es una envidia tener semejante selección. Ustedes deben sentirse orgullosos por esta camada. En el Mundial de Turquía yo simpaticé por tu país porque este equipo es admirable”, agregó.
Esa misma sensación que describe la periodista venezolana recorre todo el mundo. Sucede que, a diferencia de la selección argentina de fútbol, los muchachos del básquet no sólo brillan en sus equipos y en las mejores competencias del mundo sino que también han mantenido incólume un compromiso inoxidable con la camiseta nacional.
Los resultados hablan por sí solos: Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Bronce en los de Beijing 2008, subcampeón del Mundo en Indianápolis 2002, semifinalista en el Mundial de Japón 2006 y quinto lugar en el Mundial de Turquía 2010. Enorme trayectoria para un elenco que merece su despedida en casa y ante su gente. Así no sólo lo entendieron los argentinos, también el resto del mundo.
Hay un detalle que pinta a las claras lo que es la Generación Dorada. Cuando en el Bureau de FIBA Américas en Puerto Rico se debía definir la sede del Preolímpico 2011, Argentina se presentó como pretendiente. El sábado 22 de mayo de 2010 se eligió a Mar del Plata por sobre Río de Janeiro por una abrumadora mayoría de 13 votos contra 3.
A decir verdad, no fue decisivo el factor económico presentado por ambos países para conseguir el espaldarazo necesario. De hecho, la ciudad brasileña ofertó 500.000 dólares más de los 2,8 millones que ofreció la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB). Lo que volcó la decisión de los votantes hacia nuestro país fue el hecho de reconocer a la Generación Dorada ante su público.
En el video que ofreció Argentina para ganar la candidatura aparecieron Emanuel Ginóbili, Andrés Nocioni y Pablo Prigioni explicando por qué para ellos era importante que Mar del Plata fuera la sede. Aquellas palabras tuvieron efecto positivo.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)