Los dueños del almanaque

Hugo Remedi
El promedio de edad de los 59 dirigentes políticos que ocupan los cargos electivos que tiene nuestra provincia (gobernador y vice, tres senadores nacionales, nueve diputados nacionales, 17 senadores provinciales y 28 diputados provinciales) y cuyos mandatos vencerán el próximo 10 de diciembre -a instancias de las elecciones del domingo 23 de octubre- es de 56 años.
Es visible la realidad de que la renovación en la política entrerriana es objeto central de discursos oportunistas, es decir, una mentira recurrente que se utiliza cada vez que la circunstancia lo exija. Algo similar ocurre con la participación de la mujer.
Si uno contrastase la edad promedio de los políticos actuales ocupando cargos surgidos de las urnas, con la etapa laboral regular, podrá apreciar entonces que esta franja de dirigentes está a seis años de estar en condiciones de jubilarse y a 38 años de haberse incorporado al mercado de trabajo.
Muchos de los que llegaron junto con la democracia en 1983 están todavía en plena vigencia y con el deseo aún de seguir ocupando cargos en el futuro, sobre todo legislativos donde la famosa boleta única esconde en su letra chica a candidatos que se supone perpetuos en el tejido del reparto del poder.
Evidentemente, hay dos generaciones bien marcadas a la hora de analizar la foto de la democracia desde 1983 en adelante en Entre Ríos. Por un lado está la del ex gobernador por dos veces de la provincia, Sergio Montiel, Humberto Varisco, Ricardo Taffarel y la de Mario Moine, Jorge Busti, Juan Carlos Lucio Godoy, Hernán Orduna, etcétera, con unos 20 años de diferencia entre ambas brigadas.
Cuando Montiel llegó al sillón de Urquiza el emblemático 10 de diciembre de 1983 tenía 56 años, con una militancia a cuestas que nacía inmediatamente después del derrocamiento del ex Presidente Juan Perón en 1955. Es decir, contaminado de otro mundo, de otra sociedad y de otras utopías.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)