Las urnas del patíbulo

Hugo Remedi
La elección del domingo quizás marque como ninguna de las anteriores un antes y un después con líneas tan bien pronunciadas en sus consecuencias, especialmente para los dos partidos mayoritarios de la provincia.
En el advenimiento de la democracia, en 1983, el problema electoral era entre radicales y peronistas, Luego también lo fue en las elecciones de 1987, 1991, 1995, 1999 y 2003. En la que sucedió a estos primeros comicios ya no. En la elección del año 2007 Julio Solanas, con su candidatura a gobernador a través de la Lista 100 partió al peronismo y desde ahí ya nada fue lo mismo. Buena parte de la provincia quedó peronizada con un radicalismo -otrora mayoría- decadente y prácticamente afuera del principal escenario político entrerriano.
Hoy, con casi los mismos actores principales de aquella comedia del 2007 y algunos otros diferentes pero apenas de reparto, se vuelve a poner en escena la disputa electoral que tiene como figuras estelares al actual gobernador de la provincia, Sergio Urribarri, y al actual presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Jorge Busti, amigos entrañables de entonces, enemigos a morir en la circunstancia.
Urribarri va por la reelección y Busti por su cuarta Gobernación.
El Solanas rebelde del 2007 regresó al prado del oficialismo pero con el mejor premio que podía conseguir: candidato a diputado nacional en primer término, futuro asegurado. A buen precio, también retornó al equipo de sus orígenes el dirigente concordiense Enrique Cresto –entonces candidato a vice de Solanas-, a quien le ofrecieron la candidatura de la senaduría departamental por Concordia. Algún otro viajero de aquella polémica Lista 100 disidente, como es el caso del legislador provincial Hugo Berthet, en cambio, se fue a conformar el Frente Entrerriano Federal de Busti.