Mucho más que una cuestión de género

Betiana Spadillero y
Martín Gerlo
En las últimas semanas, los medios de comunicación entrerrianos reprodujeron datos que mostraban un alto índice de embarazos adolescentes en la provincia. La noticia no tardó en extenderse, por lo que las autoridades del hospital concordiense de donde –en teoría- provenía esa información, salieron rápidamente a desmentirla.
El porcentaje de embarazos adolescentes -según se había consignado- sería del 27 por ciento, una cifra para prestar atención. El dato proviene del Sistema Informático Perinatal, de la Dirección Materno Infantil Juvenil, el cual procesa en una ficha los partos del sistema público. “Ese porcentaje surge de casi 9.000 casos que se cargaron de unos 11.000 que tuvieron lugar en la provincia. Lo que no aclara este sistema es que algunos embarazos han llegado solamente hasta las 20 semanas, lo que es considerado un aborto y está cargado de todas formas. Ese es un dato que se debería desagregar”, explicó a este semanario Romina Spoturno, responsable del Programa Provincial de Salud Integral de las y los Adolescentes.
“Son indicadores que hay que analizar con otra mirada. No se puede afirmar que existió un incremento del embarazo adolescente evaluando un mes en solamente un hospital, como es el Masvernat”, enfatizó.
Los sectores que siguen de cerca esta problemática prefieren realizar un giro en el enfoque, llamándola paternidad responsable y no embarazo adolescente –cuya definición consideran estigmatizante-. De este modo apuntan a un comportamiento sexual que se caracteriza por la autonomía, la madurez y el consentimiento, involucrando no sólo el plano personal sino también el comunitario.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende que la adolescencia es el período de la vida de una persona comprendido entre los 10 y los 18 o 19 años. Para llevar a cabo un análisis más preciso, sin embargo, desde el Programa de Salud Integral dividen esa etapa en dos: la que constituye la Tasa de Fecundidad Precoz, que va desde los 10 a los 14 años, y la de Fecundidad Tardía, de 15 a 19 años. Los incrementos –indican- estarían produciéndose en esta última categoría. “Esto se acompaña muchas veces del abandono escolar y la falta de un proyecto de vida. Por más subsidios que tengamos, no alcanzan como estrategia para la inclusión”, evalúa Spoturno.
La complejidad de esta problemática requiere de diversas miradas que puedan llegar a contemplar la multiplicidad de dimensiones que en ella intervienen. Desde este Programa –explican- pretenden en algún momento poder conformar una mesa integrada por antropólogos, trabajadores sociales y profesionales de otras disciplinas, para “aportar riqueza” al concepto de paternidad responsable: “Debemos sacarle el estigma de que solamente es un problema de salud, cuando en realidad es de varios sectores”, consideran.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)