La polémica entre el ex intendente Halle y los funcionarios del gobierno provincial

¿Está Entre Ríos condenada al desequilibrio informativo?

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963

Antonio Tardelli

El intercambio de acusaciones que acaban de protagonizar el ex intendente de Paraná, José Carlos Halle, y miembros del gobierno provincial pone de relieve que el problema de la comunicación, escenario de disputa si los hay, se suele abordar desde una noción de política que la reduce a una mera competencia por el poder y a las ventajas o dificultades que acompaña su ejercicio o su pérdida.

Aunque la problemática es central para la caracterización de la democracia, las observaciones que formula Halle terminan luciendo como la queja de una de las víctimas del sistema mediático atravesado por la influencia del poder y las respuestas oficialistas como la intempestiva exhortación al silencio que los vencedores imponen al derrotado.

Así, la discusión en torno de la comunicación se despliega por un cauce estrecho. Se encierra entre las cuatro paredes de la superestructura política privándola de su potencial enriquecedor. Dicho de otro modo: los valores a defender, la libertad de expresión y el derecho de los ciudadanos a estar bien informados, son manipulados conforme los prejuicios de los que no se pueden liberar los protagonistas del intercambio.

Pero de algún lugar debe partirse y las revueltas del espacio gobernante, dividido en dos versiones electorales, constituyen hoy la única grieta por donde avanzar. Para los no involucrados directamente en las rencillas del poder, el escenario es, a la vez, una limitación y una prueba de impotencia. La problemática no fue instalada en la agenda pública por agrupaciones políticas no peronistas ni por organizaciones de la sociedad civil. En el tema sigue brillando por su ausencia el Foro de la Comunicación, que mucho barullo armó en su momento a favor de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y en contra del Grupo Clarín.

Pero ocurre que los problemas más inmediatos de la comunicación entrerriana no son Héctor Magnetto ni Ernestina Herrera de Noble. Ellos están lejos. Actores poderosos de gran influencia ejercen un poder mucho más concreto, cada día, cada momento, en la cotidianeidad provinciana. Los enemigos remotos no tiemblan ante consignas nobles pero ineficaces: esa disputa se dirime en otros ámbitos. Muchas soluciones posibles, en cambio, apenas si demandan la valentía que se requiere en el hábitat más próximo.

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS)

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