El diseño de nuestro futuro en manos de IIRSA y Cosiplán

IIRSA y Cosiplán conciben las grandes líneas del “desarrollo” de la provincia de Entre Ríos en su región, pero los entrerrianos en general saben poco y nada de estos organismos que, a la manera de los dioses, están en todos lados y se tornan invisibles ante el pueblo. Aquí algunas líneas para conocer quiénes planifican el país del futuro, con qué propósitos, cuáles son sus prioridades, por qué son motivos de sospecha y cuáles son los dos ejes que inciden en el futuro de los vecinos y los tienen, sin embargo, de espectadores.
Daniel Tirso Fiorotto
Especial para ANÁLISIS
Desde la línea IIRSA-Cosiplán, los sudamericanos trabajan en 10 ejes de integración y desarrollo, y la provincia de Entre Ríos entra en el Eje Mercosur-Chile, que involucra el sur de Brasil, el sur de Paraguay, Uruguay, la Mesopotamia, el centro de la Argentina y el centro de Chile.
Al mismo tiempo, Entre Ríos está incorporada al Eje de la Hidrovía Paraguay Paraná, que engloba a parte de Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil.
En la agenda de 31 proyectos de alto impacto de la IIRSA-Cosiplán para el quinquenio 2005-2010, el primero de todos se denomina Duplicación de la Ruta 14 Mercosur Chile, y se refiere a la conversión de la ruta nacional 14 en autopista de Paso de los Libres a Gualeguaychú, con lo cual, nuestra provincia quedó en el centro de la primera iniciativa integradora.
La autovía no responde a un interés prioritario de los entrerrianos (aunque sí es bienvenida) sino al reclamo de los sectores de poder de ciudades poderosas de la región que ven aquí un territorio para el tránsito y la extracción.
Como IIRSA y Cosiplán prevén servicios y obras de integración (un anillo de fibra óptica por caso) dentro de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), no es difícil ver en esos organismos la concreción de las grandes aspiraciones de los revolucionarios de ayer, que lucharon por la integración de los pueblos de Sudamérica. Sin embargo, a poco de que se analice la escasa o nula participación de los pueblos en los planes, la inexistencia de mecanismos de consulta para que los ciudadanos se manifiesten sobre las prioridades, podrá advertirse que los gobiernos y la banca internacional se adjudican el rol de élites iluminadas para decidir qué obras necesitan las regiones. Y no por casualidad son las obras que requiere el sistema de producción a gran escala, exportación y transporte de grandes volúmenes.
Por eso IIRSA y Cosiplán son denominadores comunes en los documentos firmados por agrupaciones entrerrianas que cuestionan el modelo de agricultura a gran escala y sin agricultores, resumido en los intereses de las multinacionales estadounidenses Monsanto y Cargill, que han hecho de Entre Ríos su patio propio, con anuencia de los gobernantes.
Y también en los documentos firmados por agrupaciones que advierten sobre los riesgos de la fractura hidráulica (fracking) para las napas de agua y para la salud ambiental.
De hecho, las últimas dos movidas de protesta en el centro de Paraná apuntaron precisamente contra Monsanto por razones de salud y economía, y contra la extracción violenta del gas esquisto, dado que los gobiernos prometen exploraciones y explotaciones que en otros puntos del planeta produjeron daños irreversibles.
(Más información en la edición gráfica 975 de la revista ANALISIS correspondiente al 27 de septiembre de 2012)