Diez preguntas: Mayda Cresto

“Soy feliz porque me gusta lo que hago”

Edición
977

Soledad Comisso

-¿Qué es lo que más disfruta en su vida?
-Disfruto mucho de estar al aire libre, en cualquier lugar y con buenas compañías, rodeada de plantas, mucho verde, me genera mucha tranquilidad. Nunca me olvido de lo que mi papá siempre dice, que la mejor forma de lograr la felicidad es buscando la tranquilidad. Me siento una persona feliz, porque me gusta todo lo que hago, estoy enamorada de la vida. Como todas las personas, tengo algunos momentos no tan felices pero también una gran capacidad para encontrarle el lado positivo a todo lo que me sucede. Ojalá que nunca la pierda.

-¿De qué está orgullosa?
-Me siento muy orgullosa de mis hijos, porque son niños con un gran corazón, de una gran sensibilidad, lo cual considero muy importante para generar en las personas la vocación de servicio hacia los demás.

-¿Cómo está compuesta su familia?
-Tengo tres hijos que amo, y a veces me siento culpable de no estar todo el día con ellos, pero una vez mi hija mayor me dijo algo que me quedó grabado: “Mamá, yo quiero ser como vos cuando sea grande, que hacés lo que te gusta y siempre llegás feliz a casa. Y no como la mamá de una amiga que está siempre en su casa, pero con cara de triste”. Con ellos vamos todas las siestas al club y mientras ellos realizan sus actividades, yo entreno con un grupo de corredores.

-¿Dónde nació? ¿Cómo fue su infancia?
-Nací en Concordia, soy la mayor de seis hermanos: Carina, Mariela, Enrique, Carla y Juan Carlos. Viví allí hasta los 18 años, tuve una infancia feliz, muy divertida con mis hermanos, sin computadoras ni demasiada televisión; nunca nos aburríamos. Los primeros cuatro hermanos nos llevamos un año de diferencia cada uno, así que siempre éramos una multitud para jugar a lo que fuera. Mamá era ama de casa, siempre estaba con nosotros. Papá trabajaba mucho en la empresa que habían formado con mamá desde novios, una metalúrgica y fábrica de aberturas, que aún poseen. Eran muy estrictos con nosotros, nunca falté a la escuela, todos los años recibía un diploma por la mejor asistencia. Mis padres siempre nos enseñaron que teníamos que ser muy unidos entre nosotros, y lo seguimos siendo. Si bien hoy estamos físicamente separados, entre Paraná, Concordia y La Plata, cuando hay un motivo para reunirnos, ahí estamos todos, cada uno con sus familias. Hoy mis padres tienen 14 nietos (hay tres pares de mellizos) y seguimos siendo una gran familia.

(más información en la edición gráfica de ANALISIS del 25 de octubre de 2012)

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