La resistencia en la Municipalidad

Gremialistas confluyen en un reclamo por salarios y contra los despidos

Edición
981

Daniel Tirso Fiorotto
(Especial para ANÁLISIS)

El forcejeo que sostiene la intendenta de Paraná Blanca Osuna con el Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (Suoyem), varias agrupaciones internas de esa organización intervenida, y la Asociación Personal Superior de la Municipalidad (APSM) alcanzó un punto caliente esta semana, con la reunión de distintos sectores sindicales en un reclamo conjunto inédito.

El temporal de esta semana aplacó la intensidad de los reclamos porque los trabajadores no quisieron molestar en la emergencia, ante la presencia de tantos vecinos que sufren voladuras de techo, caídas de árboles y cables, anegamientos y otros problemas.

Pero siempre que llovió paró, dicen, y el agua y el viento no los privaron de continuar las reuniones y firmar una carta a la intendenta Osuna, para que no se les escape el año sin presentarle batalla.

Esa carta es la más fiel muestra de que algo cambió en 2012 en la conciencia gremial de los municipales. Fue firmada por dirigentes de la Corriente Renovadora Sindical, la Nueva Generación Municipal, el Cuerpo de Delegados Suoyem y la Asociación Personal Superior Municipal, y marca el comienzo de una nueva etapa en la relación de los trabajadores con la patronal, precisamente por la confluencia que nunca se había alcanzado.

El temporal veló, por la emergencia, la novedad del año en Paraná. Y lo cierto es que todas las agrupaciones que firmaron el documento mostraron su preocupación, ante la consulta de ANÁLISIS, por el deterioro de las relaciones y del salario.

Justos por pecadores

En la serie de medidas del municipio que provocan malestar entre los empleados sobresale el sistema arbitrario, dicen los manifestantes, de selección de trabajadores que se quedan o se van. Algunos creen que la comuna dejará sin trabajo a cientos de personas entre la Navidad y el Año Nuevo, y admiten que algunos cobraban sin trabajar (los llamados ñoquis), pero al mismo tiempo señalan que la intendenta cometió el error de poner a muchos en la misma bolsa y hacer que paguen justos por pecadores.

El caso es que la confluencia se acentuó por las frecuentes quejas de los sectores gremiales ante la ausencia de diálogo en el Departamento Ejecutivo, y se consumó en forma institucional este martes con la presentación de la carta conjunta, en un hecho inédito, reclamando una serie de medidas salariales y laborales. Por ejemplo, y en el primer punto, la equiparación de todo el personal en un adicional de 800 pesos que consideran discriminatorio, porque mientras la mitad del personal cobra ese monto, el resto debe conformarse con 400 o menos de 600.

(Más información en la edición gráfica 981 del 20 de diciembre de 2012 de la revista ANALISIS)

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