Epidemia silenciosa

Por Natalia Buiatti
Hipotiroidismo, reacciones cutáneas, infecciones en las vías respiratorias, intoxicaciones, abortos espontáneos, malformaciones, labios leporinos, tumores, cáncer… El término proviene del latín y tiene varios significados: el primero, para la Real Academia Española (RAE), es el signo zodiacal; pero además es una enfermedad neoplásica con transformaciones de células que proliferan de manera anormal e incontrolada; es también la denominación para el tumor maligno; y asimismo se nombra a la proliferación en el seno de un grupo social de situaciones o hechos destructivos.
Hace años que los entrerrianos soportamos las consecuencias de un modelo agroindustrial sin control. Hace años que algunos médicos y biólogos valientes vienen denunciando lo que a diario los alerta: la multiplicación de casos de intoxicaciones por exposición a los productos agroquímicos, los efectos subagudos y los crónicos que provocan esas exposiciones en las personas.
A pesar de la creación hace poco menos de un año del Instituto Provincial del Cáncer, los registros de datos oficiales quedaron viejos, resultan insuficientes, y son celosamente guardados por las autoridades del Ministerio de Salud. La pregunta es ¿cómo se diseñan y llevan a cabo las políticas sanitarias si no hay verdaderas intenciones de conocer la realidad?
(Más información en la edición gráfica número 1008 de ANALISIS del jueves 28 de agosto de 2014)