Diez preguntas: Rubén Pagliotto

“Mis dos amores son el Derecho Constitucional y el Penal”

Edición
1013

Soledad Comisso

—¿De dónde es oriundo?
—Nací en Paraná el 27 de octubre de 1960. Para los que creen en el horóscopo, soy escorpiano puro del primer decanato. Recuerdo que vivíamos en la casa de Ángela, mi abuela materna, que me crió hasta los 8 ó 9 años. Eso fue porque mi papá viajaba mucho, ya que ocupaba un cargo importante como inspector en lo que era la gerencia de Inspecciones del Banco de Entre Ríos, y por lo tanto se la pasaba viajando a diferentes puntos de la provincia. Aparte, mi mamá era maestra de escuela primaria, así que prácticamente me crié con mi abuela, que falleció a pocos días de cumplir los 100 años. Fui al jardín de infantes del colegio La Salle y la secundaria la hice en el Liceo Militar de Santa Fe.

—Viendo su vida hoy, es difícil imaginarse que haya estudiado en el Liceo Militar, ¿cómo fue esa decisión?
—En el año 1973 decidí ir a estudiar al Liceo porque mis amigos iban a estudiar ahí y a esa edad uno no tiene la personalidad muy formada; actúa en masa. No me gustó tanto por la parte militar, sino por la parte deportiva. Igualmente, estudié en el Liceo hasta cuarto año, cuando empecé a sentirme molesto porque me había dado cuenta de varias injusticias y finalmente tuve una discusión muy grande con un teniente o subteniente, no recuerdo bien, pero fue tan grave que lo insulté y tire el bolso, azoté mis cosas y dije “no aguanto más, éste es mi último día acá”. Mi papá estaba muy contento con esta decisión, porque nunca había querido que estudiara ahí. Después terminé quinto año en la Escuela Normal de Paraná.

—¿Y su militancia política cuándo comenzó?
—Cuando estaba en quinto año de la Escuela Normal tenía muchos amigos en la Federación Juvenil Comunista, ahí fue donde di mis primeros pasos. Recuerdo que se hizo una reunión clandestina, a la que fui invitado por Jorge Daneri que fue, en esa época de la Alianza, el subsecretario de Medio Ambiente de la Nación y hoy está fuera del país. Él fue un gran dirigente de la Unión Cívica Radical y me invitó a esa reunión, que por esos años, en el ´79 u ´80, se disfrazaban de cena con amigos, porque no se permitían las reuniones políticas. Este encuentro se hizo en Santa Fe y yo quedé impactado con un discurso que dio Luis Changui Cáceres (dirigente radical santafesino). Antes había tenido ese acercamiento muy efímero con la Federación Comunista, pero esto fue muy distinto, fue algo muy fuerte lo que sentí y de esa forma comencé a vincularme cada vez más y terminé enamorándome del radicalismo.

(Más información en la edición gráfica número 1013 de la revista ANALISIS del jueves 13 de noviembre de 2014)

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