Sólo el cálculo determina las alianzas y la conformación de fórmulas en Entre Ríos

A la economía de casino, una política de casino

Edición
1022

Antonio Tardelli

Una economista británica, Susane Strange, llegó alguna vez a la conclusión de que el sistema financiero internacional se había convertido lisa y llanamente, sin aditamentos ni atenuantes, en una formidable timba. Consideró que el mundo de las finanzas internacionales se asemejaba cada vez más a “un gran casino”.

La expresión terminó por definir un modo de organización económica. Vivimos, en efecto, en un “capitalismo de casino”. Experta en relaciones internacionales, Strange sostenía que allí se ponen en juego cada día inimaginables cantidades de dinero.

Aunque la académica falleció en 1998, permanecen en pie los tipos humanos que según ella protagonizan el fenómeno. Escribió: “En las torres de bloques de oficinas que dominan todas las grandes ciudades del mundo, las salas están llenas de jóvenes en smoking jugando a estos juegos”.

Ellos –describió Strange– miran embobados las pantallas de las computadoras donde, vertiginosos, oscilan los precios. “Son como los jugadores de los casinos, mirando girar la bolita de plata de la ruleta y poniendo sus fichas en rojo o negro, en pares o nones”, grafica.

En ese mundo, igualito que en el casino, hay numerosos juegos para jugar: los mercados de cambio, los fondos de inversión, las acciones, los títulos públicos. La oferta es grande. En todos los mercados se hacen apuestas a futuro. Se transa, se compra, se vende. Pululan los inventos financieros, remarca la economista.

Los empresarios de este mundo, gobernado por la lógica de la especulación y la renta urgente, sin otro norte que la maximización de los beneficios, parecen ser un tipo de persona muy diferente del modelo clásico de banquero que “los mayores pueden recordar”, indica la docente universitaria.

El capitalismo de casino, el capitalismo de la globalización financiera, se desentiende de la ética. Tampoco asoman en su agenda las inquietudes nacionales, sociales o ambientales.

La timba es así.

(Más información en la edición gráfica número 1022 de ANALISIS del día 11 de junio de 2015)

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