El reportaje impertinente: Ana María Álvarez

“Estoy viva por mi persistencia”

Edición
1038

Claudia Martínez
(Especial para ANÁLISIS)

No deja de reírse a carcajadas. Nunca. Y su risa es inconfundible. Como buena acuariana. A pesar de que la nota es ella, le pregunta a esta cronista si sigue trabajando en LT 14. “Lt 14 y El diario de Paraná, dos cosas terribles”, dispara mientras sirve café en la prolija mesa de su comedor.

Ana María sigue viviendo en la casa que construyó con su marido Mario Álvarez, su mentor, su custodia, su productor, rodeada de varias decenas de premios, reconocimientos y distinciones. Sobre la mesa del comedor, luce todavía su interminable colección de cucharitas de distintas partes del mundo. Afuera diluvia y adentro de su casa, ella sola es barullo.

Dice la historia que fue maestra en escuelas rurales, que egresó de la Escuela Normal y que trabajó en lugares como Sauce, Corrientes, Los Charrúas y General Campos. Su lugar en el mundo de la radio comenzó en LT 15 Radio del Litoral.

Cuando era 1967 se radicó en Paraná y comenzóa trabajar en LT 14 Radio General Urquiza. Nace allí Mi ciudad y mi gente, uno de los programas emblemas que distinguió las mañanas de la radio de la provincia.

Luego vinieron FM Litoral, FM Contacto y la retransmisión de su programa de radio en simultáneo por Canal Once. Ahora Somos Paraná es su casa televisiva.

“Por qué se dilatan tanto las cosas”, dice a propósito de algunas designaciones que no se han realizado por el gobierno nacional, mientras prepara café prolijamente, como buena anfitriona.

“Tengo 74 pirulos; estoy orgullosa de mi edad, la misma edad que Mario, mi marido”, lanza.

—¿Cuánto hace que están juntos?
—Cumplimos el 15, 49 años de casados. Vamos para los 50… Nadie sabe cómo-dice con la carcajada de fondo-. Ni nosotros. Una acuariana con un capricorniano. Terrible. Es difícil.

—¿Cuánto hace que estás en la profesión?
—Y, hace más de 52 años. Yo empecé cuando tenía 22 años en LT 15 de Concordia, era maestra de tren. Iba a las 6 de la mañana a Federal, viajaba dos horas, volvía. Cuatro horas ida y vuelta. Y de ahí iba a la radio a las 3.

(Más información en la edición gráfica número 1038 de la revista ANALISIS del jueves 21 de abril de 2016)

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