Bajo la lupa del profesor

Pablo Rochi
Como toda actividad que busca posicionarse para aumentar las bases de su crecimiento, el atletismo argentino se encuentra en un punto de inflexión. El ciclo de varios referentes está llegando a su fin y la aparición de nuevos valores alimenta la expectativa pensando en los próximos desafíos.
El traspaso de generaciones siempre genera cambios a los que el deporte argentino les tiene poca paciencia.
Palabra autorizada para referirse a este presente es la del profesor Sergio Alfonsini, entrenador de atletismo sumamente reconocido a nivel nacional e internacional. Es una de las personas que más conocimiento tiene de esta disciplina en nuestro país. No por nada hace tiempo fue elegido como responsable del área Lanzamientos de la Confederación Argentina de Atletismo. Asimismo, fue uno de los Coordinadores de la delegación Argentina en el reciente Campeonato Sudamericano de la Categoría Mayores en Paraguay, donde nuestros atletas lograron resultados más que satisfactorios, de los mejores de los últimos tiempos.
Alfonsini es a su vez una de las personalidades de mayor influencia del continente en este deporte. En abril pasado, en San Pablo, Brasil, la Confederación Sudamericana de Atletismo (Consudatle) lo designó para conformar la denominada Comisión de Entrenadores junto a Oscar Gadea, de Uruguay, y Juan Pablo Pacheco de Venezuela.
—¿Qué significa para un entrenador ser reconocido a nivel nacional e internacional, siendo uno de los referentes de la Confederación Argentina y Sudamericana de Atletismo,después de trabajar fuerte por la actividad durante tanto tiempo?
—El reconocimiento pasa por los resultados que obtengan los chicos. A partir de ahí, son ellos los que te hacen ser o no reconocido. Igualmente, debo decir que uno no va detrás de esto, sino de lo que le pueda aportar a un deporte que a mí me dio muchísimo, que me permitió conocer el mundo y concurrir a los torneos más prestigiosos del mundo. Está claro que sin el atletismo yo sólo no lo podría haber hecho. Entonces, con el trabajo, el esfuerzo y la dedicación se retribuye al deporte lo que hoy es uno como profesional y como persona.
—Atento a su trayectoria y conocimiento, ¿cómo definiría el presente del atletismo argentino? Está claro que hay referentes importantes, pero no significa que las bases estén firmes.
—Es cierto. Por eso siempre digo que una cosa son los resultados que vemos en los Juegos Olímpicos o en los Mundiales y otra es ver qué es lo que sucede en el día a día. Como decimos nosotros, no nos tenemos que engañar si un atleta llega a una instancia final, porque la realidad de la disciplina es otra. Lamentablemente, las bases del atletismo y sus estructuras están para abajo y algo complicadas. El recambio lleva su tiempo y hay que tener paciencia porque nada es tan sencillo, nada es fácil. Y ese recambio está llegando y en esta oportunidad ya se notó en el reciente campeonato Sudamericano en Paraguay. El dato es concreto: yo estuve en el anterior Sudamericano y Argentina terminó en el octavo lugar del medallero y en el octavo puesto en la tabla por puntos. Este año, en cambio, finalizamos terceros. Nos llena de satisfacción revertir una situación que fue muy dura, a tal punto que nos hicieron saber los medios y los organismos oficiales que lo que había ocurrido no estaba para nada bien. Entonces, haber podido reaccionar ante la adversidad no es producto de lo que uno hace sino del trabajo de un montón de entrenadores que están todos los días detrás de los chicos y que siguen sus respectivos crecimientos a fin de mejorar el atletismo argentino.
(Más información en la edición gráfica número 1062 de la revista ANALISIS del 6 de julio de 2017)