La música como parte de la vida

Por F.K.
—¿Qué cantabas de chiquita?
—Inventaba canciones pero cantaba de todo. Canciones de niños de María Elena Walsh, por ejemplo, pero en mi casa se escuchaba mucho tango y mucho bolero, y cantaba mucho de eso, boleros como El Reloj, Perfidia. Me gustaba escuchar la orquesta de Troilo, las canciones de Pipo Pescador. Eso a los 4 o 5 años. Después ya empecé a escuchar mucha música clásica, más instrumental, obras para piano de Beethoven, Bach, que eran los que más me llamaban la atención.
—¿Cómo te llevaron esas primeras canciones por el camino de estudiar música?
—No tengo memoria de querer haber hecho otra cosa que no sea música. Tengo imágenes de ser muy chiquita y estar escuchando la música clásica de Radio Nacional, sentada en el patio de mi casa. Siempre me gustó oír música clásica y me gustaba imaginarme que tocaba el piano, en una mesita simulaba que tocaba el piano. Entonces planteé en mi casa, a los 5 años, que quería estudiar piano y me mandaron bastante tiempo con una profesora particular. Después me preparé para rendir el ingreso a la Escuela de Música de Paraná para no empezar desde primer año porque ya venía tocando piano desde hacía mucho tiempo. Rendí, ingresé y mientras iba a la escuela secundaria estudiaba en la Escuela de Música, piano, teatro y violoncelo. Cuando terminé el secundario no tuve el conflicto que tiene la mayoría de los adolescentes de no saber qué quieren estudiar. Yo desde tercer año de la secundaria ya sabía que quería estudiar música. Entonces pregunté y me asesoré cómo era la carrera en Santa Fe y estudié allá y terminé la carrera. No tuve que pensar mucho, la música siguió como parte de la vida.
(más información en la edición gráfica número 1072 de la revista ANALISIS del jueves 7 de diciembre de 2017)