Entrevista con los integrantes de Música para volar

El homenaje sinfónico

Edición
1077

Por F.K.

Música para Volar está integrado por José Matteucci, en batería y voz; Alexis Thompson, en guitarra; Julieta Sciasci, en bajo; y Bruno Moreno, en piano y responsable de componer los arreglos para orquesta y coro. Con ellos, y con ella, dialogamos acerca de lo especial que tiene su propuesta a la hora de revisitar el rock argentino.

—¿Qué diferencias hay con el anterior espectáculo, Gustavo Cerati Sinfónico?
José: —Es un nuevo recorrido por la obra de Gustavo Cerati, con canciones diferentes, a través de las cuales vamos atravesando momentos que se relacionan con diversas facetas que tiene como compositor y las etapas de su carrera, desde Soda Stereo hasta los discos solistas. En cuanto a los arreglos, sumamos nuevos sonidos, nuevos colores a la paleta orquestal, como el oboe, fagot y saxo soprano, que aportan sonoridades muy particulares a las canciones que forman parte del Sinfónico 2.El planteo escénico del espectáculo es diferente del anterior también, y lo trabajamos con todo el equipo de Música para Volar, que incluye a nuestro iluminador, Fernando Burgo, y el encargado de visuales, Hernán Roperto, que en este caso maneja seis pantallas simultáneas mezclando imágenes de archivo con cámaras en vivo desde el escenario. La idea es que el viaje musical dialogue constantemente con lo visual, para que el espectador disfrute entrando a la atmósfera de cada parte y se deje llevar.

—Más allá del actual recital homenaje a Cerati, otros de sus espectáculos, como ser Hello! Charly Unplugged, se detienen en otras figuras de nuestro rock nacional. ¿Cuáles son los elementos a favor y cuáles los en contra a la hora de trabajar sobre música cercana en el tiempo y en el espacio?
Bruno: —Si bien son artistas contemporáneos, a la vez ya forman parte de una tradición. En sus albores, el rock en castellano fue puesto en tela de juicio acusándoselo, sobretodo, de "extranjerizante"; hoy nadie duda de que estas músicas pertenezcan al acervo cultural argentino y latinoamericano. Nosotros las abordamos siendo conscientes de eso; no como un bronce al que hay que reverenciar, sino desde un trabajo de interpretación (y orquestación en el caso de los sinfónicos) sobre piezas culturales vivas que esperan ser permanentemente retransitadas y tienen mucho para decirnos. Las contras, si las hay, están por fuera de la música en sí, y son los prejuicios y los dogmas: fantasmas que pueden agitarse siempre que se dialogue con una tradición. Lo cierto es que no aparecen tan seguido y en general lo que hacemos fluye sin esas obturaciones.

—El año pasado estuvieron de gira por Tucumán, San Juan, Corrientes, Rosario y hasta en Asunción por solo mencionar algunas ciudades. ¿Cómo es la recepción de la gente a lo largo y a lo ancho del país y fuera de él? ¿Hay alguna anécdota que quieran compartir?
Alexis: —Si, fue una experiencia maravillosa recorrer todas estas ciudades, donde además nos hicimos un tiempito para realizar visitas fugaces por los centros turísticos. La recepción de la gente siempre ha sido formidable, no sólo de los espectadores, sino también de los músicos que conforman las orquestas con las que tocamos, se generan intercambios músico-culturales muy ricos, y eso sin dudas es un plus que tiene para nosotros esta propuesta. El público ha sido siempre muy cariñoso, y se refleja también en las redes, donde hay una interacción permanente. Hay muchas anécdotas que han ido surgiendo, pero una que para mí es muy linda, sucedió en Asunción, en el Teatro del Gran Banco Central. Nos encontrábamos por primera vez en ese maravilloso país, pero en el trajín de la gira, y al notar que tienen muchas costumbres parecidas a las nuestras, de a momentos nos olvidábamos que habíamos atravesado la frontera, hasta que entre tema y tema alguien irrumpió al grito de “¡Viva Argentina!” y ahí caímos en la cuenta de que habíamos logrado una hazaña inimaginable para ninguno de nosotros.

(Más información en la edición gráfica número 1077 de la revista ANALISIS del jueves 10 de mayo de 2018)

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