El reclamo por la muerte de Horacio Eyssartier todavía no encuentra respuesta penal

En busca de la justicia

Edición
1079

Natalia Buiatti

Horacio Martín Eyssartier murió el 31 de diciembre de 2012. Tenía 33 años. Lo encontró su padre tirado en el piso de la casa que habitaba solo, después de llamarlo insistentemente por teléfono y que no respondiera.

Al día siguiente, el 1 de enero de 2013, Marín fue denunciado por el fallecimiento de su paciente. Hacía muchos años -al menos seis según la indagatoria del procesado-, que Horacio estaba bajo tratamiento psicoanalítico, además de consumir las drogas antiepilépticas que le recetaba Francisco Javier Marín como médico. Marín no tenía matrícula para ejercer como psicólogo. Así fue hasta un año después de la muerte de Eyssartier. Si bien su título de médico le permitía recetar, las drogas antiepilépticas que le prescribía al muchacho no son la especialidad de un médico general, sino de un neurólogo o en todo caso de un psiquiatra.

Marín tiene dos procesos penales abiertos, uno por ejercicio ilegal de la medicina en el que ya se dictó el procesamiento -confirmado por Casación-, por lo cual se elevó a juicio; y otro por Homicidio culposo en el que también se dictó el procesamiento, se apeló y hasta la edición de esta revista no hubo resolución. En adelante, se espera que ambos expedientes se unifiquen para el juicio oral.

Los días de Horacio

Horacio Martín Eyssartier comenzó con algunos problemas de salud cuando tenía 27 años. Según recordó su papá, hasta ese momento llevó una vida completamente normal. Se recibió de radiólogo, fue traductor de inglés y trabajó con informática. También tuvo una novia, con quien compartió los planes comunes a cualquier pareja joven.

(Más información en la edición gráfica número 1079 de la revista ANALISIS del jueves 7 de junio de 2018)

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