Entrevista a los integrantes del grupo Litoral Stand Up Comedy

“La risa es un acto revolucionario”

Edición
1087

Por Sofía Arnaudín

—¿Cómo nace la idea de formar el grupo Litoral Stand Up Comedy?
Belisario Ruiz: —Empezamos juntándonos Nacho Koornstra y yo porque nos gustaba el género. Abrimos una convocatoria en Facebook con otros comediantes que tenían ganas de hacer stand up y armamos un grupo del cual quedamos Nacho Koornstra, Mateo Izza, Eva Cabrera y yo. Cuando sentimos que teníamos algo más o menos gracioso para contar, convocamos a un grupo grande de comediantes de Buenos Aires que se llama Señales de humor a que diera un taller y abrimos la convocatoria. Queríamos -además de formarnos un poco- generar una movida. De ese taller quedamos muy convencidos Mateo, Nacho y yo -Eva no se animó de entrada-. Dos meses después hicimos el primer show, en octubre de 2014. Al año siguiente hicimos otro taller con Señales de Humor y volvimos a abrir la convocatoria para otros comediantes. Ahí se sumaron Ignacio Grünbaum, Lisandro Riera y Eva Cabrera. Fue una instancia de formación y trabajo muy productiva.

—¿Cómo describirían el show que ofrecen?
Belisario Ruiz: —Lo que nos gusta a nosotros es que algo que tenés guionado y ensayado, parezca natural y que lo estás diciendo por primera vez; que se te está ocurriendo ahí. A veces se logra, otras veces no. Si bien es algo teatral -porque es un monólogo de humor- hay algo muy comunicacional. Nosotros no tenemos cuarta pared, no actuamos como si el público no estuviese, nosotros charlamos con el público. Hay un diálogo que a veces es en palabras y a veces no; el público participa con la risa. Es un ida y vuelta todo el tiempo. La desaprobación también es una forma de comunicar.
Ignacio Grünbaum: —El fin del stand up es la risa. Eso es algo que tiene que estar claro. Vos encarnás un personaje que tiene que ser una parte de vos. El stand up nace de una vivencia, por eso es tan personal la comedia. No es una verdad, es sólo tu forma de verlo. Y tiene que ser divertida, tiene que llevar a la risa. Es muy metódico, tenés que tener una forma de escribirlo, tiene que tener una cantidad de recursos de humor. Y eso se aplica a la escritura, que es muy importante. En el escenario esa escritura queda ahí, es como un guión que podés respetar o no. Podés tener un plan, pero el chiste se termina en el escenario.

—¿Cómo analizan el contexto político, social y su vinculación con el humor?
Belisario Ruiz: —El humor siempre es político. No hacemos humor en el sentido de pararnos desde un partido ni hablamos sobre los políticos. Cuando armo mi monólogo no lo hago para hablar de política, no es mi intención, pero lo político está en todo. Aunque hables de cualquier cosa, se ve dónde estás parado en el mundo. Y cada tanto metemos algún chiste político. El humor tiene víctima, siempre nos reímos de algo o de alguien.
Ignacio Grünbaum: —Lo que pasa es que por ahí la gente viene acá para tratar de evadir esas temáticas. Por ahí hay chistes que en este contexto tendrían que funcionar mejor y la gente no se prende tanto. Es como que nuestro material pasa por otro lado. Es más personal. Reírse es un acto político, hoy en día es revolucionario. Es lo último que te pueden quitar, cuando te quitan la risa ya está... Tratar de que la gente se ría es resistir desde un lugar. En todos los ámbitos no sólo desde el stand up.

(Más información en la edición gráfica número 1087 de la revista ANALISIS del jueves 11 de octubre de 2018)

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