actividad industrial

"Por tercer mes consecutivo, en mayo la actividad industrial se vio fuertemente afectada por la crisis desatada a raíz del Covid-19", señaló la UIA. En los primeros cincos meses de 2020, se acumuló una baja de 15,1% respecto de 2019.

El Indec informó que la industria utilizó el 46,4% de su capacidad instalada en mayo, un número superior al mínimo histórico de abril pero por debajo del observado en mayo de 2019.

Un estudio muestra que los sectores no esenciales mejoraron en relación a meses anteriores. La mayoría recurrió al Estado para pagar salarios y aguinaldos.

Nada menos que un 82,5% de las empresas admite haber registrado una caída en sus ventas durante la duración de la cuarentena, e incluso un 10% de ese total sufrió un freno total de su actividad.

Si bien abril fue el peor mes en términos de actividad industrial producto de la estricta cuarentena -los números del Indec reflejaron una contracción interanual del 33,5%-, en mayo el sector manufacturero volvió a mostrar una abrupta caída en relación con el mismo mes del año pasado, de acuerdo con datos de los privados.

El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, se reunió virtualmente con el comité ejecutivo de la entidad fabril. Les dijo que la ayuda para pagar salarios será menor en el interior este mes, pero que relanzarán los créditos al 24% para compensar.

Los datos son en comparación con un año antes. Así, en el primer cuatrimestre del 2020 se acumuló una baja de 11,5% respecto a igual período del año anterior.

Es la primera vez en la historia del indicador con dos sectores totalmente cerrados: los 12 complejos automotrices y las manufacturas de cigarrillos. Y un tercero, el textil que apenas operó a 4,2%, según los datos oficiales.

Con 10 días de aislamiento obligatorio tras el decreto del Gobierno, la utilización de la capacidad instalada de la industria bajó 7,2 puntos interanuales en marzo. El rubro textil y el automotriz reflejaron los peores indicadores.

Según el informe realizado por la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), la mayoría de las empresas de la provincia sufre caídas en los niveles de producción y ventas, altos costos productivos y problemas de precios, además de severas dificultades para acceder a financiamiento y cadenas de pago rotas.