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Juicio a Julián Christe: testimonios robustecen la hipótesis acusatoria

Jorge Julián Christe

Jorge Julián Christe, imputado por homicidio agravado por el vínculo, alevosía y mediar violencia de género, (Foto: Poder Judicial).

de ANÁLISIS

Jorge Julián Christe observa día a día cómo toma forma la hipótesis acusatoria. La mayoría del tiempo está sentado junto a sus abogados, excepto cuando se exhiben fotos del cuerpo de quien era su novia, Julieta Riera.

Este martes se desarrolla la cuarta audiencia de testimoniales en el juicio por jurados, que ventila la investigación por la caída del octavo piso de la chica. Riera cayó el 30 de abril del 2020 -apenas iniciada la cuarentena el año pasado-, del departamento donde vivía junto a Christe, en el edificio donde también funciona el Instituto del Seguro, frente a la Plaza 1 de Mayo de Paraná.

Los fiscales Ignacio Aramberry y Patricia Yedro intentan demostrar, a los jurados en el debate, que su hipótesis está basada en prueba pericial y testimonial. Acusan a Christe de homicidio agravado por el vínculo, por alevosía y por mediar violencia de género. La querella particular a cargo de la abogada Corina Beisel abona la misma teoría.

Por otra parte, los abogados Franco Azziani Cánepa y Ladislao Uzín Olleros intentan mostrar que la construcción acusatoria está errada, y pretenden acreditar que la caída de la chica se debió a un accidente.

El juez técnico del juicio es Elvio Garzón, que destaca por su participación activa al momento de regular cómo se desarrollan las indagaciones de los testigos. Garzón será también quien, tras el veredicto del jurado popular, haga el encuadre jurídico de la sentencia.

Pericia genética

Gustavo Gabriel Martínez, bioquímico especializado en genética forense y director del Servicio de Genética Forense del Superior Tribunal de Justicia (STJ) contó que analizaron muestras genéticas extraídas debajo de las uñas de las dos manos de Julieta, extraídas debajo de las uñas de las dos manos de Christe; y extraídas de los antojos que hallaron debajo del sillón del departamento 5 del octavo piso del edificio, desde donde cayó Julieta Riera.

“En las uñas de la mano derecha de Julieta se encontró mezcla de dos perfiles genéticos. En el hallazgo no se pudo excluir aporte de material biológico de la víctima ni del imputado. Se elaboraron dos hipótesis: la que baraja Fiscalía que es que en esa muestra había material genético de los dos; y la segunda hipótesis que es que la mezcla de material genético venga de la víctima y otra persona al azar de la población. Elaboramos una estadística para ver la probabilidad de una u otra hipótesis. Eso se hace con un programa específico, que nos permitió decir que en el caso de las uñas de mano derecha de Julieta existe 1,95x10 a la 14  más probabilidades que los resultados se expliquen bajo la hipótesis 1. Es decir, es 19 millones de veces más probable que el material genético extraído de la mano derecha de Julieta corresponda con la hipótesis 1 que con la 2”, precisó el funcionario.

En las uñas de la mano izquierda llegaron al mismo resultado con mayor magnitud. “En el par de anteojos encontramos una mezcla de perfil genético compatible con los dos perfiles genéticos del imputado y la víctima”, acotó.

“Posteriormente se remitió a laboratorio una serie de muestras que corresponden a hisopos levantados de cada uno de los dedos del imputado para que se comparen los perfiles obtenidos ahí con los obtenidos de la víctima. Particularmente en por lo menos 3 dedos de Christe se encontraron mezclas de perfiles genéticos. En el resto de los dedos se halló un perfil que no se puede decir que sea una mezcla. En el dedo 1 no se encuentra material genético. En el dedo 2 se encontró una mezcla, se observó bastante bien el perfil del imputado y algo de la víctima. La siguiente evidencia es del dedo 3 de la mano derecha. Ahí se observa más clara la mezcla de los dos, pero hay variantes de la víctima que no aparecen”. El profesional remarcó que la hipótesis 1 prevaleció en el material extraído.

Hubo dedos de los cuales el material genético extraído no fue suficiente como pare establecer un resultado.

“Uno no sabe qué pasó en el momento de la convivencia para que coexistan mezcla de perfiles genéticos de las dos personas en sus uñas. No hay estudios que digan que bajo determinadas circunstancias, dos perfiles genéticos van a aparecer”, contestó a la defensa. Ejemplificó después que trabajan “muchísimo con abuso sexual y en un 50 o 60 por ciento podemos encontrar perfiles del agresor y la víctima pero en muchos casos no encontramos nada y eso no descarta el abuso”.

“Christe estaba preocupado, me preguntaba si Julieta estaba muerta”

Horacio Blasón, comisario y jefe de la División Homicidios de la Policía de Entre Ríos, estuvo con Christe acompañándolo en el hall del edificio y luego en la División Homicidios, a pedido del fiscal. Además habló con distintas personas del edificio, buscando información que sirva a la investigación; y su personal allanó el departamento 1 del octavo piso del edificio. Dijo que no vio signos emocionales en Christe que se correspondieran con una situación de crisis extrema que estaba atravesando. “Al momento de ingresar al edificio estaba sentado en un sillón del hall y un policía de la Comisaría 1 estaba cuidándolo. Christe me solicitó si podía ir a otro lugar porque la gente que pasaba lo miraba. Me ordenó el fiscal llevarlo a la División Homicidios, previo a que lo examine el médico de Policía. Fuimos a la División Homicidios Cuando ingresamos Christe se preocupó. Le dijimos que se quede tranquilo, le dimos agua y le conseguimos un cigarrillo. Se paraba y en todo momento me preguntaba si Julieta estaba muerta. Le dijimos que no sabíamos. Me preguntaba si sabía de alguien se haya salvado de una caída del octavo piso. Su mamá me preguntó si podía darle un medicamento para calmarlo. Le dije que debería preguntarle al fiscal, entonces lo descartó. Posteriormente el fiscal me llamó y me dijo que quedaría detenido. Le confirmé que Julieta estaba fallecida y que quedaba detenido en el marco de la investigación por la muerte. Entonces no se movió ni preguntó más nada”, describió.

En otro tramo de su testimonio refirió al “desorden” que advirtió en el departamento 1 del octavo piso del edificio, donde vivía Christe con Riera. Cabe aclarar que la familia de Christe tiene ese departamento y también el 5 del octavo piso, desde donde cayó la chica.

“Era un lugar muy descuidado, pocas veces he visto un departamento en esas condiciones. Estaba todo revuelto, aunque eso podría ser a causa que se había hecho un allanamiento. Vi muchas cosas rotas, manchas de sangre en las paredes”, describió.

Por último se refirió a la búsqueda de testigos que puedan aportar información a la investigación. “Recorrimos los pasillos con la intención de hablar con las personas que aporten información. Se entrevistó a un joven de apellido González del piso 6to que ubicaba a la pareja, y que dijo haber escuchado que él era violento con ella. Agregó que cuando observaba para arriba, escuchaba ruidos de botellas rotas, de platos rotos”.

Roberto De la Valle, policía Homicidios, habló también sobre el estado del departamento y las entrevistas que tuvieron con personas del edificio esa madrugada. “Había un velador prendido en la primera sala que era tipo living. Mucho desorden. Objetos tirados, ropa, un televisor con la pantalla rota, celulares, manchas de sangre en ese lugar como resto de departamento. Se secuestraron tres celulares, dos o tres chips. Tres notebooks, una con la pantalla salida. Una gorra de aviador con manchas de sangre, una tijera con manchas de sangre, también en prendas, almohadas, pared, piso, en muchos lugares había sangre. Todo eso fue levantado por Criminalística. Había un vidrio roto. Un Iphone blanco con la pantalla rota que estaba encendido”, recordó.

Refirió después a tres entrevistas. “Una con el conserje que nos dijo que conoce a Julián desde los 5 años porque vivía ahí con su abuela. Que un día puntual recibió un llamado de alguien diciendo que había música fuerte en el departamento quinto del octavo piso. Añadió que le pidió que baje la música, que la bajó, que cuando se fue volvieron a subirla y entonces volvió, que ya se quedó en el lugar para que no vuelvan a subirla. El conserje dijo también que en esa oportunidad vio a la pareja, que fumaban mucha marihuana, que tomaban, que estaban bien. La amiga del conserje contó que habían estado con el conserje en el departamento con Julián y Julieta, que después se retiraron a descansar, que durante la noche se despertó asustada porque sintió que le golpeaban mucho la puerta del dormitorio, que era Julieta, que ella intentó despertar al conserje, que estaba muy dormido y no lo pudo despertar, entonces no pudo hacer nada. Después se retiraron. Agregó que volvió después porque estaba muy descompuesto y ella le dijo que Julián le mezcló cosas, entonces volvió y el conserje le pegó una piña a Julián, que Julián tenía mano con sangre y le dijo que se había lastimado”. “La señora también aseguró que Julieta le mostró moretones. Y que le pedía irse con ella porque le tenía miedo a Julián”, acotó.

“Lo que dijo Christe sobre la caída no se corresponde con lo que vimos en la escena”

Carlos Iván Verón, jefe de la División Criminalística y especialista en scopometría fue, sin dudas, el testimonio más importante de este martes, por su extensión, nivel de detalles y porque laboró un informe sobre toda la escena. “El pedido de pericia era determinar qué había pasado. Accedí a informes, a la declaración del imputado, fui al lugar, la escena para nosotros es un manto sagrado que se debe tratar con celo y si hay que volver cuantas veces haya que volver, se vuelve. Tuve la posibilidad de hablar con personas que trabajan en el edificio y con policías. Todo hace a la mirada del investigador. En lugar de intervención primaria había características que nos hacían presuponer un hecho raro, complejo. Encontramos atisbos que nos hicieron pensar que algo había pasado. Hallamos una botella rota de cerveza, el pico en otra habitación, una lata estrujada, sangre, una media tirada debajo del sillón, el control remoto, vasos, uno abajo y otro arriba de la mesa, un cenicero, un celular roto, una alfombra estrujada, otra media, un celular roto. La mochila o bolso de Julieta, el televisor encendido, el control remoto de Netflix en otro lugar. Un almohadón tirado a un costado, papeles, cigarrillos, se ve que habían estado un par de personas en ese lugar compartiendo”, enumeró.

Habló de una mesa que había sido movida en el balcón porque “en varios lugares había oxidación”. “Había una hilera de focos que estaba impecable. Por el tamaño de las rejas, instintivamente cualquier persona tiende a apoyar las manos, pero no encontramos vestigio de eso. La baranda estaba sucia y si una persona se sentó ahí, se hubiese llevado en sus ropas esa suciedad”, advirtió. “En el departamento había un sofá cama. Una lata estrujada con sangre. Cobijas revueltas en la habitación. Papeles de cigarrillos, plata, tabaco, muchas manchas de sangre”.

El profesional dijo que Julieta cayó a un pulmón del edificio, en un techo del IAPSER no en planta baja. La caída amortiguó con una red para palomas. “La posición en la que quedó el cuerpo es rara. Eso nos hace pensar. Cada caso particular es un desafío para desandar ese camino de qué pasó. Este caso particular era un desafío”, valoró. Explicó por qué Julieta cayó inconsciente, porque no atinó a agarrarse de algo, a conservar su vida.

También refirió a la declaración de Christe en los momentos que habla sobre la caída. “Analicé todo lo que dijo el imputado sobre la caída. Cotejamos su declaración con las inspecciones, la bibliografía, la opinión de otros profesionales, las indagaciones. Fue extrayendo los pedazos de su deposición en los que habla de la caída y analizándolos de modo independiente. Cada una de las partes de esa declaración sobre cómo fue la caída de Julieta se contrapone con lo que nosotros vimos en la escena. Fuimos descartando todo lo que dijo sobre la caída porque lo cotejamos con lo que vimos y no se correspondía”, puntualizó

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