
En una resolución firmada este martes, el vocal de la Sala Nº 1 en lo Penal del Superior Tribunal de Justicia, Miguel Ángel Giorgio, decidió “desestimar sin más” el planteo de Reposición Extraordinaria formulado por el abogado Ignacio Esteban Díaz, defensor técnico del exministro de Cultura Pedro Báez en el marco del megajuicio. Según supo ANÁLISIS, el letrado presentó el planteo contra el rechazo de los recursos de queja en el fallo del 17 de abril pasado.
“Analizado el escrito deducido y sus pretensiones, se advierte que el mismo no constituye una alternativa recursiva de las establecidas en nuestro código de rito. La normativa procesal no contempla la posibilidad de recurrir mediante Reposición o Revocatoria la Resolución del Recurso de Queja”, argumentó Giorgio.
A continuación, el vocal subrayó: “Sin perjuicio de lo expuesto supra, cabe señalar que el recurrente pretende abrir una instancia de reconsideración de los argumentos expuestos en el fallo que cuestiona, planteando una hipótesis de excesivo rigor formal para subsanar su actividad defectuosa; lo que ha sido suficientemente abordado al fundamentar el tratamiento dado a la ausencia de manifestación de voluntad recursiva”.
Cabe recordar que en una resolución emitida el miércoles pasado, la Sala Nº 1 en lo Penal del Superior Tribunal de Justicia, con votos del propio Giorgio y la vocal Gisela Schumacher, rechazó “por inadmisibles” los recursos de queja interpuestos por las defensas del exgobernador Sergio Urribarri y otros condenados en el marco del megajuicio, según el fallo al que accedió ANÁLISIS. En tanto, el vocal Germán Carlomagno votó por hacer lugar a los recursos.
Los abogados de Báez, Jose Velázquez y Díaz, insólitamente “olvidaron” presentar el recurso de queja de su defendido, por lo cual la Sala Penal del STJ declaró la firmeza de la sentencia, por lo que corresponde que Báez empiece a cumplir su pena. Copia del escrito ahora rechazado fue presentada por el olvidadizo Velázquez ante el tribunal que tiene que disponer el comienzo de la ejecución de la Pena, en un intento desesperado por evitarla, pero que no borra los groseros errores cometidos por los profesionales del Derecho.