
De ANÁLISIS
Un encuentro de directivos del Hockey de Entre Ríos con árbitros de esa disciplina, realizado ayer en Paraná, reveló una preocupante repetición de hechos de violencia en las canchas al punto de requerir intervención policial.
Los árbitros optaron por un paro de actividades y dijeron que lo hacían a modo de alarma, para evitar males mayores. “¿Vamos a esperar que se peguen un palazo por la cabeza?”, se preguntó un deportista.
Los directivos y los árbitros, mujeres y varones, coincidieron en la necesidad de adecuar normas reglamentarias y establecer la presencia de veedores de los clubes. Si bien los directivos de la Asociación Entrerriana de Hockey reconocieron las razones de la protesta arbitral, salieron a buscar jueces en otros torneos menores para completar la fecha sin interrupciones.
Distintas categorías del hockey en Paraná y aledaños sufren un estado de violencia permanente. La situación fue reconocida por árbitros, jugadores y directivos. El vicio llegó al extremo esta semana, pero protagonistas de este deporte comentaron que viene de lejos. Apuntaron que los insultos y las amenazas de algunos “pesados” contra jóvenes, y contra mujeres, ha llevado incluso a requerir el acompañamiento policial para poder salir de un club.
El lunes pasado (11 de noviembre) algunos jugadores siguieron a dos árbitros al terminar un partido. “Los iban increpando, y cuando salieron, un jugador se sacó la remera para pelear. El árbitro se metió nuevamente en el club y debió llamar a un móvil de la Policía. El patrullero llegó a la puerta y acompañó a los árbitros”, dijo un testigo.
Los deportistas aclararon que los violentos no son, en algunos casos, jóvenes de 18 o 20 años sino de más de 40 años.
Lo del lunes fue la gota que colmó el vaso: los colegas de los árbitros agredidos decidieron el jueves siguiente, no trabajar este fin de semana hasta que se adopten medidas que reviertan la situación.
En la reunión de ayer, los directivos de la Asociación Entrerriana de Hockey reconocieron que existen informes sobre violencia, presentados por distintos árbitros, y prometieron implementar algunas medidas el año que viene, dado que requieren tiempo para incorporar cambios en los reglamentos. También aceptaron el pedido de los árbitros de garantizar la presencia de referentes de los clubes en cada partido.
Los árbitros agradecieron esa atención, y aclararon que ya habían optado por no trabajar este fin de semana. Los directivos admitieron que estaban en su derecho, dada la gravedad de lo que planteaban, pero adujeron que no podían frenar las competencias. Por eso buscaron otros árbitros, en torneos distintos.
Los críticos del sistema de “dejar hacer” afirmaron que el maltrato se repite en varios ámbitos, y apuntaron que algunos técnicos varones de grupos deportivos femeninos incitan al maltrato como “gallitos de riña”. En el anecdotario de hechos de violencia es interminable. Hay algunos puntos extremos, como el de un hombre mayor que increpó a una árbitra, no sólo mujer sino 20 años menor que él, entró a la cancha, la invitó a pelear en la calle. Ese técnico terminó suspendido; pero el problema radica en que no se trata de hechos aislados.
Violencia entre jugadores, violencia de adultos de más de 40 años y de jóvenes de menos de 14 años, violencia contra los árbitros, violencia desde los técnicos, es el mar de fondo. A manera de ejemplo, recordaron que en Sub 12, entre los espectadores una madre le gritaba a una nena (supuestamente su hija): “no seas como aquella gorda de mierda…”, y la otra niña, del equipo adversario, salió de la cancha llorando.
Un deportista consultado explicó: “El fenómeno está y es habitual, es decir: hay jugadores que juegan más a amedrentar a los árbitros para sacar ventaja que al deporte mismo. En algunos equipos, las jugadoras son de perfil bajo, y los violentos son algunos entrenadores”, añadió.
Otros aportaron sus experiencias; como que haya niñas de la categoría Sub 14 puteando a los árbitros, “y hasta niños de 10 años mandan a cualquiera a la puta que los parió. Ellos ven el maltrato en los más grandes, y copian”, se escuchó. “Es una pena que los clubes hagan tremendos esfuerzos para sostener un deporte tan lindo, y por ahí se nos escape de las manos, tenemos que lograr un acuerdo entre todos”, dijo un deportista.
Algunos árbitros propusieron trabajos en conjunto para que haya planes de capacitación contra la violencia de cualquier tipo, en todos los actores sin excepción, para que los más jóvenes no naturalicen la actitud de algunos mayores.
Ante la consulta, los protagonistas aceptaron que también en otras provincias hay experiencias de violencia. Sin embargo, señalaron que han visto partidos de equipos de elite de otras ciudades como Rosario y Córdoba, que “juegan al hockey y no entran en maltratos ni puteadas, y menos en amenazas. En algunos casos -dijo un árbitro-, los capitanes intervienen, sugieren, pero dentro del juego y del respeto; se dedican a entrenar, a correr, no a gritar”.