
J.A.
De ANÁLISIS
“Me robé el toldo de Patronato”, dice el Viejo Diego, un vecino del barrio Tablada de la ciudad de Rosario. Confesó así, 12 años y medio después, ser el autor de un episodio cuyas imágenes televisadas recorrieron el país. El testimonio surge en el video que Joaco Santos, un periodista que se mete en los territorios más peligrosos, publicó este viernes en YouTube. Memorias de un episodio que demostró, además, la connivencia de la Barra Fuerte de Patronato y sus dirigentes con el gobierno provincial de Sergio Urribarri.
El 28 de septiembre de 2012 se vivió una tarde caliente en el estadio Grella. Se jugaba la octava fecha del torneo de ascenso de la Primera B Nacional. Patronato iba a ganar 2 a 1 a uno de los grandes del interior de la Argentina: Rosario Central. Pero el resultado quedó opacado por un episodio de violencia en las tribunas.
Durante el entretiempo, la barra brava canalla se metió en las instalaciones del club y robó una enorme bandera, que luego destrozaron en la tribuna visitante.
Se trataba de una bandera de Entre Ríos con la inscripción en letras mayúsculas “Cristina Urribarri”. La había hecho la Barra Fuerte del club de Paraná, bajo el liderazgo de Gustavo “Petaco” Barrientos, el jefe narco que fue asesinado hace dos años. Tenía más de 30 metros y había sido llevada al estadio de Vélez en Buenos Aires en el mes de abril de ese año para el acto encabezado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Al parecer, no la pudieron estrenar debido a que no tenían espacio donde ubicarla. En cambio, sí la habían podido desplegar en una de las tribunas del estadio Grella, pero luego quedó guardada en el gimnasio del club.
Por algún descuido de la seguridad durante aquel partido, el Viejo Diego se metió en ese lugar y se apoderó de la bandera. En la cabecera de la tribuna visitante, los hinchas de Central la mostraron, la rompieron y arrojaron los pedazos de tela a la cancha.
La Barra Fuerte no podía dejarlo pasar. Estaba en sus años de gloria en Paraná por sus vínculos políticos como fuerza de choque del oficialismo provincial, así como con sectores de la Policía de Entre Ríos (que debían investigarlo), y por el crecimiento de Barrientos como uno de los narcos más poderosos de la provincia. Intentaron evitar la mala propaganda y fueron a recuperarla, pero los policías del operativo impidieron el choque con la barra rosarina. Ahí comenzaron a volar proyectiles, los policías dispararon balas de goma y arrojaron gases. Era un desastre en vivo y en directo para todo el país, con familias afectadas por la nube lacrimógena y, obviamente, el partido suspendido.
Más tarde el partido se reanudó y, tras finalizar el segundo tiempo, se produjeron nuevos incidentes con la barra de Patronato, que rompió un tejido, y un policía terminó herido en la cabeza con por disparo de un aire comprimido. Hubo un clima muy tenso en el regreso de los hinchas de Central hacia Rosario.
Casi como el recuerdo de una travesura, el Viejo Diego lo contó al periodista Joaco Santos durante su incursión en el barrio más picante de Rosario. “Le robé a todas las hinchadas del país, a Boca, a River, a Los Borrachos del Tablón, a Colón, a Banfield”, enumera. También admitió, un poco más serio: “Fui en cana ocho años en Buenos Aires por matar a uno de Boca”.
Aquel episodio evidenciaba, además, la estrecha relación que había entre Patronato, el Gobierno y los delincuentes de la barra: una bandera enorme con una consigna política, confeccionada y trasladada por la Barra Fuerte, guardada en el club. Además, se recuerdan los negocios que manejaba Barrientos, desde los puestos de choripanes y los cuidacoches, hasta la indumentaria y la reventa de entradas. Al lado de Petaco estaban siempre sus hombres de mayor confianza, que luego terminarían con condenas por homicidios o narcotráfico, como su cuñado “Fredy” Olivera y Hugo Ceola.
El jefe Departamental de la Policía era Ricardo Frank: “Vamos a hablar con los directivos del club a ver cómo fueron las circunstancias que motivaron que se facilitara que la parcialidad de rosario central pudiera llegar al lugar donde la bandera estaba depositada”, dijo.
El ministro de Gobierno y Justicia era Adán Bahl: Nosotros tenemos una reunión con las autoridades de Patronato y durante el día la Policía me va a hacer un informe exhaustivo de todo lo que ha sucedido y tomar medidas para que esto no se repita”. En 2017, un grupo de la barra de Patronato atacó a golpes a chicos de un club de Strobel, al confundirlos con hinchas de Unión. Otro lamentable episodio que fue noticia nacional.
Un mes y algunos días después de aquella tarde, Barrientos iba a ser detenido, acusado de un doble homicidio perpetrado en el barrio Paraná XX, como parte de un ajuste de cuentas en el negocio de la droga. Lo condenarían por ese crimen a 11 años y medio de prisión. Desde la cárcel siguió dirigiendo la barra de Patronato y ordenando balaceras. Cuando estaba cerca de cumplir la pena, durante una salida socio familiar, una banda de sicarios lo acribilló dentro de su casa quinta en Colonia Ensayo. Este asesinato continúa sin ser esclarecido. Sí se esclareció, ahora, el robo de aquel “toldo”.