
La primera vez que Catalina, de 25 años, entró al gimnasio de la histórica sede Viamonte del club CUBA, se sentía “muy nerviosa”. Fue el 17 de febrero pasado. Habían pasado apenas unos pocos días desde que, por primera vez en sus más de 100 años de historia el club había comenzado permitir el ingreso de las socias mujeres al sector deportivo de su Sede Central, ubicada en Recoleta. La decisión se tomó en 2018 tras una extensa votación y comenzó a tomar forma el año pasado, cuando se votó el presupuesto para iniciar las obras de readecuación del edificio.
Catalina estaba atenta al avance de las obras y, cuando se enteró de que ya podía hacer uso del gimnasio, decidió ir enseguida. Sin embargo, no quería ir sola: pese a ser socia del club desde hace varios años y vivir a cuatro cuadras de la sede Viamonte, nunca había pisado el sector deportivo de este edificio. “Yo hago tenis y padel y uso la pileta de las otras sedes. Pero en Viamonte, a las mujeres no las dejaban pasar más allá del sector administrativo, el restaurante y la biblioteca. Entonces, la primera vez que pude entrar no sabía a dónde tenía que ir. Mi papá se ofreció a venir conmigo”, cuenta la universitaria.
Cuando llegó por primera vez al gimnasio, un señor mayor se acercó a saludarla y darle la bienvenida. “Me dijo que él era socio desde los 15 años y que estaba muy contento de verme ahí, que era toda una evolución para el club”, suma, a la vez que destaca, al igual que otras socias consultadas, que, por el hecho de ser novedad en el lugar, se sintió “muy mirada”.
Otras socia consultada, incluso, comparó su primer día de gimnasio en el histórico edificio de hombres con en el primer día de clases de un colegio de varones que se vuelve mixto. La socia no quiso dar su nombre dado que recién comienza a integrarse al lugar.
Las mujeres comenzaron a ser recibidas en algunos sectores deportivos del edificio de Viamonte al 1560 el 15 de febrero pasado, tras meses de obras. Para incorporarlas, el club decidió remodelar parte de sus instalaciones, diferenciando baños de mujeres y baños de hombres —antes todos los baños, aunque no se especificaba, eran de hombres— y ampliando el gimnasio. La apertura a las mujeres se está haciendo de manera progresiva, de acuerdo al avance del plan de readecuación del edificio.
Por ahora pueden ingresar al gimnasio de pesas, al sector donde se dan las clases de gimnasia y a la sala box, y, en cuanto estén terminadas las obras del nuevo vestuario femenino, construido en el subsuelo, se habilitará el ingreso de mujeres a los demás espacios, entre los que se destaca la pileta y la cancha de parquet de la galería superior, donde se juega al fútbol, al vóley, al básquet y se dan clases de aeróbico.
Una votación extensa
El primer cambio que buscó generar igualdad de condiciones entre hombres y mujeres dentro el club se dio en noviembre de 2018, cuando se permitió que las mujeres pudieran ser socias plenas, sin importar su estado civil ni filiación. La decisión se tomó tras una votación en la que participaron 2256 socios, y que tuvo un 73% de votos positivos. Fue tanta la convocatoria de socios que se acercaron a votar que las autoridades tuvieron que extender el horario de votación. Hasta entonces, las mujeres solo podían acceder a ser “asociadas” si eran esposas, hijas o madres de un socio.
En esa instancia se aprobó también el ingreso de mujeres a todas las sedes excepto Viamonte, que quedó excluida del acuerdo de manera temporaria. Se acordó que en este edificio las socias solo podrían participar de actividades “sociales y culturales”, hasta que se aprobase una partida presupuestaria para construir un vestuario femenino.
La votación para asignar un presupuesto a la readecuación de las instalaciones deportivas se dio casi seis años después, en agosto de 2024. Se votó, con una mayoría de los votos positivos, una inversión de $100 millones. La reforma aprobada incluyó una obra en el subsuelo para que las mujeres tengan su vestuario y una rampa de acceso al gimnasio. La rampa ya fue construida, mientras que el vestuario está en obra.
Durante la votación de la asignación, la llegada de las mujeres a la sede volvió a generar cierto revuelo entre los socios. Durante las audiencias, un socio propuso hacer un gimnasio de mujeres “en otro piso”. Mientras que otro planteó alquilar otra sede para mujeres y consultó si “existía la posibilidad de no tocar Viamonte”. Dijo que era un “hormiguero” y que “pese a que está colapsado pretenden meter más socios”. Consideró, además, un tanto “conservador” el presupuesto.
“Siempre hay diferentes opiniones entre los socios, pero creo que últimamente está más normalizado. Todos apoyaron este cambio, en general. De hecho, por eso la votación salió mayoritaria. Hay quienes opinan que fue una ridiculez y están en contra, pero en su mayoría, o no les interesa o opinan a favor”, señala el economista Joaquín Gándara, de 28 años, quien es socio del club desde 2013 y entrena boxeo en la sede Viamonte. Destaca que en 2018, cuando se votó la incorporación de mujeres, la Sede Central había permanecido exenta por una cuestión de espacio.
Todavía son pocas las mujeres que hacen uso de las instalaciones de Viamonte. Tanto Catalina como otros socios que van casi todos los días al club destacan que la presencia de mujeres aún es incipiente. Algunos, sin embargo, prevén que en los próximos meses la presencia de socias aumentará. “Todavía hoy, casi todas las veces que fui, era la única mujer en el área de gimnasio. Quiero enganchar a mis amigas que dejaron hockey o a mi mamá, pero por ahora ninguna se sumó”, destaca Catalina.
Según los números que se presentaron el año pasado, en ocasión de la votación de partida para las obras, las socias del club eran poco más de 1500 y representaba el 35% del total. Muchas de ellas, la mayoría por una cuestión de costos –la cuota era, en ese momento, $30.000 más barata–, preferían seguir como asociadas. Sin embargo, a partir de la reforma del estatuto en 2018, no puede haber nuevas asociadas y la condición de las mujeres es exactamente la misma que los varones.
Un club centenario fundado por universitarios
El club fue fundado en 1918 por 26 jóvenes universitarios, que se reunieron en un laboratorio que tenían los estudiantes Luis Agote Robertson y Lorenzo Galíndez con el objetivo era constituir una entidad privada donde los universitarios pudieran encontrarse con propósitos sociales, artísticos y deportivos.
CUBA comenzó a funcionar en una casona de la avenida Corrientes, hasta que en 1928 se culminó la construcción de la actual Sede Central, que fue financiada con el aporte de los socios y con un préstamo del Banco Hipotecario Nacional. Hoy, el edificio todavía mantiene una parte de su estructura y mobiliario original, con ascensores antiguos, su histórica biblioteca de dos pisos y un salón comedor con un tradicional piso en damero, donde se hacen las cenas de honor y los encuentros en los que se reconoce a los socios que cumplieron los 50 años y a los que egresaron de la universidad. En los distintos pisos del club se practica esgrima, squash, básquet y vóley, sobre pisos de madera de tablones enteros de pinotea originales.
El club tiene, además, otras siete sedes: Palermo, Núñez, Fátima, Villa de Mayo, La Angostura, Mar del Plata y Catedral (Bariloche).
(La Nación)