
Saltimbanquis cierra sus puertas por tiempo indeterminado
Otro espacio independiente en el que la cultura local se ve reflejada a diario cierra sus puertas. Se trata de la Sala Teatral Saltimbanquis, del actor y director Carlos Vicentin. Un proyecto histórico construido con el esfuerzo del trabajo diario por casi 20 años, que no puede sostenerse debido a la compleja situación que atraviesa el sector a raíz del cese de las actividades en la ciudad, tras el brote de Covid -19.
En un texto publicado esta mañana en redes sociales, Vicentín manifestó que “Con mucha tristeza, queremos hacer pública la decisión de cerrar las puertas. Ha sido un año difícil y esta situación es insostenible”.
Asimismo, comunicó que “Desde esta virtualidad, queremos mandar un millón de abrazos para quienes asisten a nuestros talleres y confían en este tipo de construcciones-aprendizajes, a nuestros alumnes y padres. Gracias siempre!”
Sala Saltimbanquis lleva x años de trabajo ininterrumpido en la capital entrerriana, y esta es la primera vez que cierra sus puertas de manera indeterminada.
Consultado por ANALISIS DIGITAL, Vicentin comentó que la situación es “insostenible e insoportable”, y añadió que otros espacios de la ciudad y la provincia están en iguales condiciones que el suyo.
Por otra parte, el artista informó que: “Las decisiones (de cerrar) son por lo insostenible económicamente, pero también por la salud nuestra, por elección estético y política de que no queremos volver como sea fieles a la esencia, es decir también pedagógicas”.
Saltimbanquis cumplirá el año próximo 20 años de trabajo casi sin interrupciones (cerró 1 mes durante la Gripe A).
“Espero que este cierre no sea definitivo”, comunicó el actor y director.
En el texto publicado esta mañana en su perfil de Facebook, Vicentin cuenta parte de la historia de este lugar y manera de llevar adelante el trabajo; también expresa lo compleja que se ha vuelto la situación tras cinco meses sin generar ingresos, y la decisión que lo lleva a cerrar la sala por tiempo indeterminado.
El texto completo
Saltimbanquis se despide…
Con mucha tristeza, queremos hacer pública la decisión de cerrar las puertas. Ha sido un año difícil y esta situación es insostenible.
Desde esta virtualidad, queremos mandar un millón de abrazos para quienes asisten a nuestros talleres y confían en este tipo de construcciones-aprendizajes, a nuestros alumnes y padres. Gracias siempre!
También queremos agradecer el apoyo, los mensajes de aliento, y aportes voluntarios que durante este tiempo se transformaron en un verdadero gesto de empatía. Gracias eternas a esa comunidad hermosa que hemos construido conjuntamente: nos sostienen y nos llenan el alma. Gracias a quienes se entusiasmaron a hacer las propuestas virtuales y locuras. (Cada tanto, compartiremos alguna de pura nostalgia).
Creamos Saltimbanquis hace casi dos décadas, y desde los inicios, construimos este espacio desde la autogestión y de manera totalmente independiente, creyendo en nuestra prepotencia de trabajo, apostando a la creatividad y sobre todo, a la potencia enorme de compartir nuestra forma de entender el teatro.
Más allá de la buena voluntad, en este contexto de aislamiento y pandemia, nos resulta imposible sostener un espacio sin trabajar y generar ingresos, estos 5 meses se han vuelto muy cuesta arriba y genera profunda angustia no poder mantenerse. Quienes asisten a nuestras clases saben que trabajamos bien desde el abrazo, el contacto, desde lo corporal, contando con la presencia y experimentación colectiva. Aún si se habilitan las actividades y cumpliendo con los protocolos, es muy difícil de desarrollar la tarea de acuerdo a nuestra filosofía. Hemos sondeado con compañeros docentes de otras localidades que han vuelto a las clases, y confirman nuestras sospechas acerca de inconstancias, mermas, miedos, inviabilidad, etc. En definitiva, muchos aspectos que atentan contra nuestras maneras de entender los procesos pedagógicos en esta rama artística.
Hoy sentimos que es necesario terminar con esta incertidumbre para enfocar con claridad y mutar hacia energías positivas. Hemos estado evaluando con el resto de los talleristas, y creemos que es lo más sano y conveniente.
No sabemos de qué nos vamos a disfrazar ahora, cuál será el personaje en que nos transformaremos para obtener ingresos, ya algo improvisaremos. No es una decisión caprichosa, más bien dolorosa. Siempre nos manejamos optando por lo que nos parece más adecuado para los asistentes, garantizando el disfrute de la actividad que realizamos. Deseamos enormemente que este cierre no sea una despedida, sino solo hacer una pausa para tomar impulso. Volveremos cuando podamos. Y seremos teatro.