Urribarri va por el milagro

Para llegar a Presidente de la Nación, el actual gobernador de la provincia primero tiene que superar el alto porcentaje de desconocimiento que tiene a nivel país, que supera el 85%; luego tumbar a su par bonaerense, Daniel Scioli, en internas; y luego ganarle a Massa en un posible escenario de balotaje. Por lo pronto, no figura en la lista de las encuestadoras, lo que revela que aún no es tenido en cuenta. Su candidatura pone a la provincia a cielo abierto y en consecuencia frente a un servicio de radiología nacional ya no tan mimoso de su gestión provincial. Y está claro, subir a Primera A exige otro tipo de presupuesto. De inicio cambió estrategias: de predicar paz y amor frente a actos electorales absolutamente favorables ahora se subió al tractor chocador denotando lo contrario, sin advertir básicamente que el que ataca muestra debilidad. Paralelamente, y temiendo una desintegración o dispersión del frente interno, se llenó de candidatos a gobernadores que ya desconfían por el uso del dedo papal llegado el momento. Y finalmente tendrá que enfrentar la profundización de la crisis y la retirada de una tropa que quizás se vista de oportunista y decida cambiar de patrón como ya le sucedió.