Un año después

Una cierta insatisfacción se ha apoderado de quienes hace un año votaron en contra de las políticas del gobierno nacional. Muchos lo hicieron con una gran esperanza. Primero, en el resultado de los comicios; luego, en los efectos de ese desenlace político. De hecho, la voluntad popular se expresó en un Parlamento que, a los tropiezos, tras el recambio de diciembre, dio sus primeros pasos con hegemonía no kirchnerista. Pero el comportamiento del Congreso no ha conformado al grueso de los ciudadanos que toman distancia del oficialismo. ¿Es que la oposición no ha estado a la altura de las circunstancias? ¿Es que por fuera del kirchnerismo se aspira al poder sin saber muy bien para qué? Es probable. Pero las expectativas, exageradas, pierden de vista que la oposición, entendida como un bloque único, no existe. No existe como tal. Hay varias oposiciones y no una sola oposición. No es lo mismo. Y es bueno que así sea.