Nada como un triunfo para mejorar a la gente

Enseñaba Borges que no hay nada como la muerte para mejorar a las personas. Puede que sea cierto (los ditirambos de las necrológicas parecen certificarlo) pero para elevar la reputación propia y que uno tenga la dicha de disfrutarlo, alternativa que se complica en la hipótesis borgeana, lo mejor es ser político y ganar una elección de manera contundente. Una gran victoria en comicios libres puede elevar a un gobernante a la categoría de prócer. Por lo menos por un rato. Una sensación así experimenta por estas horas el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet: los cronistas y los presentadores de televisión descubrieron en él grandes virtudes a eso de las 21 del domingo. Los políticos justicialistas, incluidos los que hasta hace poco lo consideraban un títere servil del Presidente Mauricio Macri Basura Vos Sos la Dictadura, ahora lo aprecian como un aventajado estratega.