“Conmoción institucional”. Tal fue el término utilizado por el juez de Instrucción número 2 de Gualeguaychú, Roberto Javier Cadenas, para solicitar ante el Superior Tribunal de Justicia una excepción en la feria judicial. De ese modo, en efecto, no hay feria de invierno en el despacho del primer juez surgido del Consejo de la Magistratura. Cadenas, de 36 años, se enfrenta a la causa más grave en varias décadas en Gualeguaychú, un hecho que por su magnitud no tiene antecedentes. Es que, desde el punto de vista de la administración municipal, la democracia halla cambios cromáticos, pero mantiene una línea de ausencia de escándalos o denuncias resonantes. El radical Ricardo Taffarel en 1983 y los peronistas Manuel Alarcón en 1987, Luis Leissa en 1991, Daniel Irigoyen en 1995 y Emilio Martínez Garbino en 1995, tuvieron diferentes estilos de conducción, pero sus gestiones no estuvieron signadas por actos de corrupción. Hoy, sin embargo, un faltante enorme de dinero sacude a la administración de Daniel Irigoyen. Y aunque el caso no ha llegado a salpicar la honestidad del jefe comunal, cierto es que jaquea severamente los controles y el orden administrativo.