Obreros condenados a enfermar sus pulmones

Los trabajadores del Estado que se desempeñan en las salas de juego de azar tienen tantos reclamos acumulados que uno no sabe por dónde empezar, y el primero se resume en una consigna: basta de humo. Dicen que están condenados a vivir menos, y acusan a las autoridades de emprender una rara modalidad de atracción de apostadores en la que (contra la