Entre la soberbia y la imbecilidad hacia la trampa de mayo

Nada es demasiado claro. La velocidad de los acontecimientos, como venimos señalando desde hace tiempo, impide una correcta percepción y, más aún: imposibilita razonar analíticamente para intentar alguna conclusión. Quedamos inmersos en un esquema donde se termina aceptando hasta aquello que nos perjudica. Desde su legitimidad de origen, Javier