La casa donada que el Estado entrerriano despreció

Hace unos siete años, una mujer cedió mediante testamento una casa para el Hospital San Roque de Paraná. La propiedad está ubicada en la intersección de calles Echagüe e Irigoyen de esta ciudad y cuenta con distintos espacios internos. Hace varias décadas, allí funcionó una farmacia y una vivienda familiar. Por la dura vida que atravesó la donante, decidió ceder el inmueble al hospital con una finalidad específica: que allí funcione una residencia permanente para madres y padres del interior, que llegan a la capital provincial para atender a sus niños por patologías oncológicas. Sin embargo, pese al testamento, a una ley que votó en 2013 la Legislatura y su correspondiente decreto reglamentario, el trámite de traspaso de titularidad quedó frenado en la Escribanía Mayor de Gobierno y la cesión del inmueble nunca se concretó. Ahora, la casa está abandonada. Una abuela de la mujer que la donó asumió el legado de su nieta y deambula en oficinas de Administración Pública para agilizar el trámite, pero aún no obtiene los resultados esperados.