La muerte en la que pocos creyeron

A 10 años del escopetazo con el que Alfredo Yabrán se quitó la vida en el baño de la suite de su lujosa Estancia San Ignacio, en Aldea San Antonio, sostengo que el empresario, paradigma de la corrupción estructural de la Argentina de los 90, tenía dos planes para evitar que tras el ruido metálico de las esposas lo condujeran a la cárcel por orden del juez de Dolores, José Luis Macchi, bajo la sospecha de ser el autor intelectual de la horrible muerte del fotógrafo de la revista Noticias, José Luis Cabezas. Quienes conocían a don Alfredo afirman que éste jamás hubiera permitido que sus hijos lo vieran marchar detenido como un delincuente común. Alfredo Yabrán prefería la muerte antes de que su familia, en la que supo instalar la imagen de hombre fuerte y exitoso, viera vulnerado su poder construido desde el axioma de la impunidad según él mismo lo había definido.