Lo que viene del pasado

No se puede pretender, salvo que se sueñe con una salida revolucionaria, que los cambios a los que se aspira rompan de un saque, de un modo brusco y definitivo, con el estado de cosas que se pretende dejar atrás. Tal cosa es impracticable e incluso la más imperiosa exigencia de renovación política, la que se expresó en las calles argentinas a