Semanas antes de irse -ya que sabía que sus días estaban contados-, la ex ministro de Salud y Acción Social, Graciela Degani intentó dejar atados algunos negocios con el Estado y así beneficiar a gente amiga, tal como hizo con muchas de las licitaciones y designaciones realizadas durante su gestión. No obstante, la nueva conducción gubernamental dejó sin efecto algunos de esos intentos, según pudo determinar ANALISIS. Por un lado, se anuló la licitación para la compra de antiparasitarios, por casi un millón de pesos, que iba a favorecer a un laboratorio paranaense -cuyo dueño tiene estrecha amistad con la ex funcionaria-, que tenía que entregar en un mes 250.000 frascos para un plan provincial, pese a que existe un programa que se viene ejecutando desde la Nación. Lo mismo se hizo con la idea de comprar equipamientos para prevenir las enfermedades respiratorias de la población. Pese a la gravedad de la causa judicial y administrativa que pesa sobre su cabeza -ante las toneladas de mercadería vencida que hubo que eliminar de lugares que eran de su responsabilidad-, en principio intentó lograr un cargo en el Ministerio de Salud de la Nación, pero no le fue posible, porque le bajaron el pulgar desde el propio gobierno entrerriano. A su vez, trató de retornar al cargo que tenía en el Servicio de Obstetricia del Hospital San Roque, pero tampoco tuvo eco favorable: le recordaron que allí fue declarada “persona no grata” en el año 2000 -por fraguar una documentación que afectó a una reconocida médica- y, por lo pronto, le dieron 40 días de licencia.