Nadie gana

El gobernador Sergio Urribarri llegó al domingo con la ilusión de poder mostrar un resultado que lo fortalezca en su carrera hacia la Casa Rosada. Esperaba mantener el caudal de votos de 2011, y mostrar que mientras el kirchnerismo hace agua en todo el país, en Entre Ríos está floreciente como en sus mejores años. Hizo todo para mantener el caudal de votos, pero desoyó el pedido desesperado del ciudadano de a pie: un cambio, un paso al costado de la Casa Rosada. Entonces, el urribarrismo, por acción de arrastre, cayó 16 por ciento respecto de su mejor elección, en 2011. Hace dos años logró el 56 por ciento de los votos, y ahora apenas el 40. Hubo caras largas y muchos datos falsos. Pero las malas noticias del oficialismo no significaron buenas noticias para la oposición. De Ángeli sacó menos de lo que esperaba, y el radical Benedetti quedó tercero, pese a la estructura centenaria de la Unión Cívica Radical. El domingo, todos perdieron. Ahora, las tres fuerzas en pugna quieren barajar y dar de nuevo, con la ilusión de superar su más reciente performance.