El derrotero del “ingeniero”

Abel Sinópoli Azcoaga, dicen los expedientes que llevan su nombre, es un embaucador que se vio enredado en cuestiones de estafa. Nacido en una casa de alta sociedad paranaense, Abel Leonardo se escapó de su destino palaciego y se manejó por otros andariveles: negociados con el Estado, operaciones con dinero falsificado en el extranjero, la cárcel y una internación en el neuropsiquiátrico para escapar de las garras de la Justicia. En la década del ´90 se hizo conocido por aportar testimonios rimbombantes en el juicio por el crimen del escribano y funcionario Rubén Calero. Años más tarde, cayó preso en Brasil, pero desde allí involucró en su causa de “perseguido político” al ex presidente De la Rúa. Su mentira no logró imponerse y la Justicia argentina pidió la extradición al Brasil por otros cargos en el país. Sin embargo, Sinópoli logró escapar del penal antes de ser traído y su fuga dejó tensa la relación entre ambas cancillerías. Hoy, nadie sabe dónde está este personaje que se hacía llamar “el ingeniero”. Las últimas noticias hablan de que se paseaba con una camioneta patentada en Punta del Este y de una nueva saga de estafas con casas para alquilar en la Costa Atlántica.