Borrar con el codo

Los cálculos más generosos dicen que en la capital entrerriana hay medio millar de edificios de propiedad horizontal construidos en las últimas décadas. Paraná sigue creciendo para arriba. Lo que no ha querido la ciudad es caer en la modalidad, tan difundida en los años `90, de construir barrios cerrados, con calles públicas a las que tienen acceso sólo los propietarios privilegiado. Por eso se aprobó una ordenanza con el apoyo de todas las fuerzas políticas con representación legislativa, con el trabajo consensuado de los colegios profesionales que asesoran en materia de Código Urbano. Pero la intendenta Blanca Osuna decidió vetar un artículo medular. La decisión generó malestar entre concejales, propios y ajenos, funcionarios y representantes de entidades participantes. Los arquitectos han calificado a la intendenta de “autoritaria” empecinada en persistir en un error. Hay mucho malestar y no se sabe cómo terminará la historia.