Una basurita en el expediente

La condena de Mirta Cháves y la absolución de Raúl Monzón, en el juicio por el secuestro y desaparición de Fernanda Aguirre es de mucho valor, pero lejos está de ser el resultado más esperado en medio del misterio por el paradero de la niña. La sucesión de más de 60 testimonios no alcanzó para aproximarse a la verdad de los hechos y establecer la suerte de la menor desaparecida desde hace tres años y medio. Sin embargo, en el proceso se puso en evidencia el andamiaje de mentiras, pistas falsas y distracciones alentadas desde el poder político y policial en esta causa que sigue sin resolverse. El tribunal no dio a conocer aún los fundamentos de su veredicto, pero ya expresó su posición respecto a las denuncias de torturas, aprietes y amenazas policiales que pronunciaron algunos testigos. Pidió que se inicien causas colaterales por esos hechos. El tiempo dirá qué suerte correrán los que apostaron a que la verdad se pierda entre las tinieblas del misterio que aún perdura.