No tiene arreglo

La del título es la frase descorazonadora que mi padre —judío acriollado entrerriano— repetía cuando se le pedía opinión sobre el interminable conflicto palestino-israelí. Estas líneas están escritas desde esas coordenadas: el de un judio entrerriano laico para el que la Tierra Prometida es donde estemos dispuestos a convivir, es decir que puede