El yuyo ardiente
Pasternak Cuanto más conozco a la gente, más quiero a Benedicto. Si no fuera por el escalofrío que me despierta la sonrisa oblicua de comeniños de Joseph Ratzinger, ya me habría hecho del Opus Dei hace tiempo. Cuando Joseph quiera ser gobernador de Entre Ríos, ponele, van a tener que aplicar medidas drásticas para sacarle un afiche decente,



