Contaminar y concentrar riquezas son los verbos mejor conjugados por Jorge Busti, en su permanente búsqueda de monopolizar el poder con criterios feudales. Contaminar la Justicia, el Tribunal de Cuentas, las fiscalías, los partidos, los gremios. (Abajo, datos para el asombro). Contaminar la escuela, el periodismo, la Policía, las empresas públicas. Contaminar el peronismo y expulsar a los cuadros más brillantes. Saturar el Estado de amigotes, socios, parientes, quintacolumnistas. La tala rasa del monte, el saqueo del sábalo y hasta la instalación de las celulosas en Fray Bentos son gotitas si se comparan con el mar de contaminación socioambiental y política en que viaja la provincia a los tropiezos. La enfermedad de poder conservador y clientelar pretende hoy extenderse contaminar también la Constitución, pero la nueva mentira quizá tenga patas cortas.